Consultado sobre el inicio del mundo del reciclaje de plásticos, el saladillense indicó: “Viene de un trabajo a través de una tesis en la UBA; en 2012 se nos ocurrió crear productos con plásticos reciclados y darles nueva vida. Creamos productos de diseño, como bancos para plazas, cuchas para mascotas y productos personalizados para empresas. También bicicletas. Creamos conciencia ambiental.”

En cuanto a cómo adquieren los productos, explicó: “Los conseguimos en los talleres protegidos de Saladillo. Ellos los consiguen y nosotros los reciclamos.”

Sobre el trabajo específico indicó: “Hacemos productos sencillos que sean durables; son diseñados con gran espesor y duran toda la vida, porque son funcionales. Logramos que la gente los use y generamos, además, trabajo inclusivo, con personas que no tienen lugar en el mercado laboral.”

Sobre el impacto que generaron, expresó: “Uno lo soñaba y lo proyectaba. Es un sueño cumplido y vamos por más. Siempre vamos para adelante, con la idea de innovar. Seguimos trabajando día a día.”

Al hablar de la “Recicleta” explicó: “Comenzamos con talleres de reciclado en vivo; o sea, el plástico se transforma en vida. Y pensamos en una bicicleta que gire con las fuerzas de las piernas. Es fija y tritura tapitas de plástico mientras se hace ejercicio. En cinco minutos de pedaleo se trituran 30 tapitas y se queman 40 calorías.”

Finalmente habló de la selección que tuvieron de uno de los proyectos: “Es un gran honor; quedamos seleccionados entre 150 proyectos de todo el país.”