Popp manifestó que se trata de un 24 de marzo muy triste, debido a lo que se está viviendo hoy día, por la violencia que se genera desde la máxima magistratura de la Nación.

Destacó que ha habido conmemoraciones de la fecha con mucha más alegría que hoy y resaltó que, de todas maneras, no debe perderse.

Señaló que el sábado Claudia Rafael y Silvana Melo presentaron un libro donde se da cuenta de la cuestión de la salud mental y cómo ésta era usada para la tortura y para inducir el suicidio, entre otras maldades.

En otro orden, señaló como importante de la fecha, la posibilidad de reflexionar que impone la misma.

Y en esa reflexión, agregó, los Derechos Humanos no debe reducirse a una cuestión de bandera, histórica.

Ejemplificó que hoy, cuando no te quieren atender en un hospital por ser migrante, es una vulneración de los Derechos Humanos.

También enlazó la historia con la actualidad y la violencia.

Indicó que hay poca conciencia, pese a todo lo pasado, de frenar la violencia cuando apenas aparece. “Los límites de la violencia nunca se pueden predecir”, sostuvo.

Pidió dejar de lado el histórico “algo habrán hecho” y reiteró que es un trabajo cultural y político el poder superarlo.

Finalmente, relató cómo fue el reinicio de la actividad de la filial local de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.