El olavarriense, radicado en Mar del Plata desde hace varios años, habló de su trabajo becario: “un fantoma en medicina es un modelo físico o simulador que imita las propiedades de los tejidos y órganos del cuerpo humano. Se utiliza principalmente para calibrar equipos de imagen médica como rayos X, TC o resonancia magnética, y para entrenar a profesionales de la salud en procedimientos y técnicas, garantizando así mayor seguridad y precisión antes de usarlos en pacientes reales. Es un material que está diseñado para simular un tejido humano”.

Y amplió más beneficios: “Se usa mucho en diagnóstico por imágenes. Los estudiantes de medicina pueden practicar con estos materiales antes de ejercer la profesión”.

El proyecto, contó, “surge de la combinación del trabajo de sus directores, que trabajan con hidrogeles. Son materiales muy compatibles con el agua, y eso hace que se parezcan a órganos blandos o tejidos reales”.

Un ingeniero en materiales, especificó: “es una formación muy amplia. Se pueden encontrar en las cementeras, en la industria de los materiales, etc. Al ser procedimientos delicados, a veces es muy difícil avanzar directamente en pacientes. Entonces estos materiales ayudan. Además, se pueden aplicar para hacer modelos que representen algún órgano, para prácticas quirúrgicas”.

En cuanto a la beca recibida dijo: “es para estar en dedicación exclusiva, una posibilidad de trabajo y formación al mismo tiempo en algo que tanto me gusta. Hace unos siete meses que empecé, tengo unos cuatro años para desarrollar la beca”.

Finalmente, el graduado comentó sobre más trabajos de investigación: “en mi área hay trabajos aplicados al agro y a la medicina. Hay una oferta muy rica de posibilidades en el CONICET”.