Finalmente la participación superó, por poco, el 60%, llegando a 60,1% del total del padrón electoral que, recordemos, era de 101.087 personas. Hubo 60.751 electores que pusieron su voto en la urna.

De ellos, 57.195 colocaron un voto positivo, es decir, optaron por un candidato a concejal, mientras que 3.556 votaron en blanco. Esto totaliza un 5,85% en lo que es elección local de concejales y consejeros escolares.

Es casi 2% más que lo habitual en los últimos años de elecciones legislativas. En 2021 el porcentaje de votos en blanco fue de 3,97% y 1,53% de nulos, con una participación del 71,8%. En 2017, otra elección legislativa, los blancos fueron 3,57%, los nulos 0,98% y participó el 77,2% del padrón.

Por otro lado, en 2001, año paradigmático a nivel país, el porcentaje de blancos fue del 12,03%, pero el de nulos alcanzó el 17,94% y la participación fue de 73,01%. Los anulados en 2003 fueron el 0,8%, mientras que se contaron el 7,64% de blancos y el 72,89% de participación. En 2005 hubo 11,24% en blanco y 1,82% de nulos, y 74,89% del padrón concurrió a las urnas.

En este turno electoral de 2025, a nivel seccional hubo un 12,1% de votos en blanco y 60,1% de participación. En 2021 esa cifra fue del 7% en blanco y 1,32% de nulos, con un 72,8% de participación. En 2017 fue de 5,6% y 0,94% respectivamente, y un 77,9% de participación.

Si volvemos a 2001: el 15,76% de la sección votó en blanco y el 17,53% anuló su voto, con una participación del 76,8%. Ya en 2003 el 18,44% votó en blanco y el 0,74% anuló, y participó el 75,4%. En 2005 hubo 14,25% en blanco y 1,54% de nulos, con 77,1% de participación.

La primera conclusión de estos datos es que una importante cantidad de electores que habitualmente participaba de los comicios decidió no hacerlo. Pero también que una parte, que supera a lo habitual, decidió participar pero dejar en claro que no elegía a nadie que formara parte de la oferta electoral.