“Todo el discurso presidencial es una muy mala noticia para Olavarría porque, independientemente de algunas medidas paliativas, mitigadoras, al no anunciar una reactivación de la obra pública, es decir, en tanto se mantenga el modelo macroeconómico de suspensión de la obra pública, Olavarría lo sufre en el pecho”, sostuvo el funcionario.

Especificó que “más allá de una Facultad de Ciencias de la Salud que no continúa, un acceso a Sierras Bayas que no continúa y un colector cloacal norte, que está definitivamente fuera del radar de Nación y lo estamos trabajando con la provincia de Buenos Aires, que son obras puntuales, la mala noticia es que, al no haber obra pública, no va a repuntar el despacho de cemento, el despacho de piedra; por supuesto también se va a ver afectada la cerámica, que son las tres grandes industrias que nutren al partido”.

Al ser consultado por el impacto en las finanzas de la comuna, Fariña señaló que se “priva al municipio de acceder al cobro del derecho de explotación de canteras, en una ponderación que ronda los 5.000 millones de pesos”.

En este sentido, agregó que ya hoy no pueden cobrar el 100% del impuesto a la piedra: “además de la caída en los despachos, tampoco podemos cobrar la totalidad porque hay algunas empresas que han venido a pedir planes de pago, financiamiento, y en este momento tenemos una deuda, con intereses incluidos, que está rondando los 600 millones de pesos”.

Reveló que se ha aceptado porque las empresas “no pueden pagar y porque preservan las fuentes de trabajo, entonces no despiden personal, pero no nos pagan el impuesto a la piedra. Nosotros tomamos eso porque preferimos que se preserve el empleo”.

La consecuencia de esto es que la Municipalidad “ralentiza los pagos, lentifica todo el circuito y, en algún punto, después dejas de hacer cosas que venías haciendo regularmente: asistencias a clubes, a entidades intermedias…”

Reconoció que, en este marco, redujeron el presupuesto para obra pública. En realidad, amplió, no solo fue reducido, sino que no se pudo ejecutar la totalidad de lo que se había presupuestado para este año.

“Yo tenía para 2025 un presupuesto de 10.000 millones de pesos y solo puedo ejecutar 7.000. Entonces, los 3.000 no los voy a ejecutar porque no los tengo, porque no han ingresado”.

“Uno siempre se basa sobre lo que son los presupuestos nacionales, provinciales y contás con fondos que se supone que van a venir. Entonces, vos trabajás sobre la inflación propuesta, nosotros trabajamos sobre esto. ¿Dónde se para el municipio? Si nosotros nos subimos al trencito de decir ‘vamos a reducir nuestra previsión para 2026, por las dudas, por si no viene o porque tenemos que cuidar los dineros públicos’, estaríamos acompañando una postura nacional con la que no coincidimos”, señaló.

Ahí se diferenció y adelantó que “vamos a hacer obra pública porque es todo derrame, porque trabajan los corralones, cobran los muchachos que trabajan en la construcción, las empresas, se movilizan todos los servicios, el combustible, todo se empieza a movilizar; nosotros creemos en eso. Entonces le vamos a meter obra pública, todo lo que esté en nuestras manos lo vamos a meter”, insistió.

Para finalizar, anheló que se puedan reactivar las obras nacionales en Olavarría, pero indicó que estas buenas noticias para el distrito no alcanzarán porque el tema es la “estrategia de presencia del Estado con la obra pública”.

“El despacho de piedra, el despacho de cemento y la venta de productos cerámicos se derrumban. Entonces, esta es la lesión que verdaderamente le está provocando al partido de Olavarría las decisiones de la macroeconomía nacional”, agregó.

Fariña culminó explicando que la desinversión del Estado no configura una mayor inversión de los privados porque “si vos vas al número duro, notás que la industria privada en Olavarría perdió 1.500 puestos”.