Juan Pablo, referente del CUMB, contó que “cada pabellón cuenta con un responsable que recibe los libros que vamos distribuyendo, lleva el control de entrada y devolución de los mismos y registra a los usuarios, esto no quiere decir que solamente llegan los libros que nosotros seleccionamos, también recibimos pedidos y sugerencias para localizar lecturas recomendadas”.

Esta tarea coordinada, con protocolos y de acercamiento lento y productivo en contexto de encierro y pandemia, permite continuar ejercitando la lectura y el análisis de textos, que a su vez puedan complementarse con las tareas educativas de los diferentes niveles que se dictan de manera no presencial en el establecimiento carcelario