La caída en el compuesto viene dándose desde noviembre del año pasado, pero esta vez se produjo un quiebre estadístico en comparación con años anteriores, porque marzo es bisagra y es el mes donde habitualmente repunta el consumo. En este 2024 esto no sucedió y el gráfico tiende a parecerse al de la pandemia de 2020. Excepto por el mismo mes de ese año, este marzo es el peor del último quinquenio.

Se despacharon unas 639 mil toneladas. Es un poco menos que lo comercializado en febrero, que ascendió a 689 mil toneladas, más precisamente, un 7,2%.

Respecto a marzo de 2023, cuando se habían despachado 1.133.000 toneladas, la reducción es de un 42,9%.

El acumulado, esto es, la cantidad de cemento que se había despachado para esta misma altura durante el pasado año, la caída es del 29,6%.

Recordemos que estas cifras son seguidas de cerca por la administración municipal, por el impacto en la recaudación vía impuesto a la piedra, pero también por el impacto que el cemento tiene en la diversidad productiva de la ciudad, no solo en los empleos directos, sino los indirectos que genera la industria. Hay que tener en cuenta, que Olavarría produce casi la mitad del cemento que consume la República Argentina.