Molino Viejo: decenas de personas caminaron el domingo
Durante la actividad se buscó visibilizar el fervor comunitario que quiere recuperar ese sitio histórico y transformarlo en paseo público.
La convocatoria surgió de los propios vecinos, reunidos alrededor de la idea de preservar el patrimonio de Sierra Chica, fortalecer el sentido de pertenencia del pueblo y alentar el desarrollo integral de la comunidad.
En una tarde ideal para hacer actividades al aire libre, el punto de partida fue la Capilla Santa Lucía, patrona del pueblo y protectora de los picapedreros. Hasta allí llegaron vecinos de Sierra Chica y también de toda la zona.
Por la calle Vezza D'Oglio caminaron hasta el puente del arroyo Tapalqué y desde allí se sumaron a un pequeño sendero costero que desemboca en el molino harinero construido en 1881, único de su tipo que sigue en pie en la provincia de Buenos Aires.
Descuidado, aislado, vulnerable, el Molino Viejo sigue siendo una institución para los habitantes de Sierra Chica. Destruido por un incendio poco después de empezar a funcionar, el sitio se convirtió en punto de encuentro, esparcimiento y alegría para muchas familias locales y también de otras localidades.
El paso del tiempo fue deteriorando su entorno, pero su mística sigue viva en el recuerdo de todo un pueblo.
Por su importancia arquitectónica, industrial, cultural y testimonial, el Molino Viejo atesora diversas intenciones y reconocimientos para que sea puesto en valor, pero todavía no hay nada en concreto.
Por eso los vecinos decidieron ir juntos a visitarlo. Por su historia, para no perderlo. Para que las autoridades correspondientes lo transformen en un paseo público.
A pesar de su situación, el Molino Viejo sigue siendo una referencia para los sierrachiquenses y para quienes recorren el pueblo. Esa referencia refuerza el sentido de pertenencia y la memoria colectiva. Y como lo que no se conoce no se puede defender, es tarea también de un grupo de vecinos difundir estos valores del patrimonio.
Además de quienes participaron de la caminata, otra gran cantidad de personas se sumaron a la iniciativa a través de las redes sociales. En “patrimoniosierrachica”, tanto en Instagram como en Facebook, compartieron sus historias personales en el Molino y alentaron su recuperación.
Hoy el Molino Viejo es un gigante dormido. Su propia mística lo mantiene vivo. Poder recuperarlo y ponerlo en valor sigue siendo el sueño de todo un pueblo.