Salerno sostuvo que la UFI N°4, a cargo de Paula Serrano, dispuso el cese de la incomunicación y la liberación del acusado luego de analizar las primeras pericias. “La fiscal actuó con rapidez y seriedad. Pudo ver que la evidencia inicial era contundente para sostener que Moreno reaccionó ante una agresión ilegítima”, aseguró el abogado.

De acuerdo con los resultados preliminares de la autopsia y las pericias balísticas, el disparo que provocó la muerte del joven se efectuó desde el interior del domicilio, mientras el presunto asaltante intentaba ingresar. “Moreno disparó una sola vez dentro de su casa, cuando escuchó el ruido del forzado de la cerradura y vio la sombra de una persona entrando”, explicó.

“Luego, en estado de shock, realizó algunos disparos al aire pensando que había más personas afuera Fue una reacción humana, en una situación límite”, agregó.

Sin embargo, reconoció que la investigación no está cerrada. Moreno sigue imputado por dos delitos menores: Portación de arma de fuego sin autorización, y Abuso de arma, referidos a los disparos efectuados posteriormente al primer tiro que impactó en la víctima.

“Esto recién arranca. A la fecha tiene imputados esos dos delitos, aunque eso no quiere decir que la carátula no pueda volver a modificarse, ya sea para atrás o para adelante, si se desestiman los cargos actuales”, precisó.

En esa línea, remarcó que su cliente contaba con tenencia legal del arma, aunque no con portación, y que había sufrido otro intento de robo días antes, situación que ya constaba en una denuncia previa.

“Existe un llamado al 911 de esa semana. No fue un hecho aislado ni improvisado; Moreno vivía con miedo, y esa noche creyó que le iban a hacer daño”, agregó.

En otro punto, mencionó que la causa continúa en etapa de instrucción complementaria y que la Fiscalía dispuso nuevas diligencias: pericias adicionales sobre el arma, una reinspección ocular en el domicilio, y la ampliación de testimonios para determinar con precisión la secuencia de los hechos.

Además, reveló que Moreno “atraviesa un fuerte impacto emocional y busca recuperar cierta tranquilidad” después del episodio.

“La situación judicial hoy es clara: no hay elementos para sostener un homicidio. El Código Penal es muy preciso en estos casos: cuando alguien se defiende de una agresión ilegítima, no hay delito”, concluyó Salerno.