En primer término sostuvo que se habla de una baja de entre 15 ó 20% del valor de las propiedades, en dólares.

Lo relacionó con la subida del dólar que se usa para fijar las operaciones inmobiliarias, más cerca de la cotización fuera del mercado oficial, que el del Banco Nación.

Finalmente se refirió a la poco probable en el corto plazo, vuelta de los remates físicos en las casas martilleras o viviendas y locales.