Ese día se corrió la III Vuelta de Chacabuco, carrera para no ganadores, sobre un trazado de 828 km y los Hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi lo recorrieron en  5 horas 39 minutos 22 segundos, a un promedio de 146 km/horarios.

La Galera, impulsada por el revolucionario motor «válvulas a la cabeza» construido por los Gringos, lució color roja y con el N° 2 en su carrocería.

Comenzaba así una cadena de triunfos, récords, 4 campeonatos consecutivos de TC (1962, 1963, 1964,1965)  que llevaron a Olavarría, representada por los Emiliozzi, a lo más alto del automovilismo nacional.