Mediante diferentes actividades se buscará establecer un vínculo entre los adultos y los caballos, crear lazos especiales, y en este contexto la comunicación no verbal entre la persona y el equino refuerza el vínculo afectivo que se genera: no hacen falta las palabras para que la coordinación sea perfecta. Las emociones pueden  fluir y la relación entre ambos genera cariño y comprensión.