Para él, el gobierno improvisa porque quiere privatizar los trabajos de pasaporte y chapa patente.

Menciona a empresas como IPESA y el grupo Eurnekián con intereses en estas iniciativas.

Esto, afirmó, tiene como consecuencia el encarecimiento de los precios, que ya se dio. En cuanto a la calidad, sostuvo que el pasaporte confeccionado por la Casa de Moneda estaba en el puesto 16 a nivel mundial.

Ahora los españoles, mencionó, tienen problemas con la tinta de seguridad y con la suma de los datos biométricos. Esto, agregó, no sucedía con los trabajos del Estado nacional, que tiene personal a pie de imprenta que va chequeando el resultado.

En cuanto a patentes, sostuvo que hay otro curro: el proveedor Tönnjes, junto con Boldt, ha fallado en la provisión de chapas y la Casa de Moneda nunca dejó de hacerlas, pero es el Ministerio de Justicia el que no las entrega.

La idea, expresó, es privatizar nuevamente y luego entregar lo hecho por la Casa de Moneda, expresando que los privados son eficientes y el Estado no, pero también aumentar exponencialmente los costos que pagan los ciudadanos.

En otro punto del diálogo repasó cómo es la confección de un pasaporte local y qué es lo que se hace ahora, con la importación desde España.

Agregó que la falla de los pasaportes no se detecta a ojo humano, sino que se necesitan las máquinas que tiene la Casa de Moneda.

Finalmente explicó qué se esconde también en la privatización, que es el negocio inmobiliario sobre el que advierte ATE.

Sostuvo que la ubicación física del edificio es en Retiro, al límite con Puerto Madero, uno de los puntos más costosos de la ciudad de Buenos Aires.