Explicó que uno de los puntos centrales que impulsa es la creación del banco de horas extras, un esquema que permitiría al empleador compensar las horas trabajadas de más con días de descanso, en lugar de abonarlas como horas extras. “El trabajador podría recuperar esas horas dentro del mismo mes, tomándose licencia”, indicó.

Otro aspecto relevante tiene que ver con los juicios laborales: la propuesta prevé revisar el régimen indemnizatorio, reducir la tasa de interés aplicada y autorizar el pago de indemnizaciones en cuotas, especialmente para pequeñas y medianas empresas, que podrían abonar hasta en doce pagos. “Esto busca aliviar la carga financiera de las pymes y reducir la litigiosidad laboral”, sostuvo.

Asimismo, se refirió a “salarios dinámicos”, según el que los aumentos salariales se vincularían a la productividad individual y al desempeño económico de cada empresa. “Los salarios se ajustarían según la evolución de la actividad y la productividad del trabajador, no por acuerdos generales”, precisó.

Entre las reformas estructurales también se propone ampliar el período de prueba: seis meses para la mayoría de los empleos, ocho para empresas medianas y hasta un año para las más pequeñas. “Es un modelo más cercano al estadounidense”, comentó el abogado, recordando que “Brasil ya aprobó una ley similar en 2017, reduciendo indemnizaciones y bajando la litigiosidad”, agregó.

La reforma introduce además la figura de los trabajadores independientes con colaboradores, que permitiría a un monotributista contratar hasta tres personas bajo el mismo régimen sin establecer una relación de dependencia. “Un autónomo podría tener colaboradores que le facturen como monotributistas. Es una forma de flexibilizar vínculos laborales, aunque elimina la posibilidad de reclamos por despido”, aclaró.