Aunque el Promesa fue lanzado por el Ministerio de Salud a mitad de año y afecta a todas las obras sociales y prepagas, la adhesión del PAMI exigía una resolución especial, dado que el Instituto Nacional de Seguridad Social para Jubilados y Pensionados (PAMI) es un organismo descentralizado.

El Promesa consiste en un sistema donde los afiliados presentan sus quejas o solicitudes ante la obra social, y un mediador, junto con representantes de PAMI y de la autoridad sanitaria, interviene para ayudar a las partes a lograr un acuerdo.

La medida favorece especialmente a los jubilados y pensionados y a sus familiares, ya que elimina muchos de los trámites burocráticos habituales y acorta los tiempos de espera. Así, el beneficiario podrá obtener respuestas ante problemas en la prestación médica, entregas de medicamentos o cualquier tema vinculado con su cobertura, sin tener que iniciar un juicio ni recurrir a abogados o instancias complejas.

Gracias a este nuevo mecanismo, quien afilie a PAMI (actualmente tiene 5,7 millones de adeptos, entre jubilados y pensionados) ahora puede optar por Promesa en caso de no recibir la atención, tratamiento o insumo al que tiene derecho. La resolución permite que el trámite se realice en forma electrónica y conecta al interesado directamente con la obra social y la autoridad sanitaria, ahorrando demoras y conflictos legales.

Esto, informaron desde el organismo, representa una diferencia notable frente a la vía judicial: los plazos son más breves, se evita la necesidad de patrocinios legales y el proceso no genera grandes costos para el usuario.

Según la información oficial publicada por la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), Promesa busca que las personas mayores y pensionadas resuelvan sus reclamos sin tener que pasar por los tribunales, lo cual reduce la carga emocional y los tiempos prolongados que muchas veces representa una demanda judicial.