Hasta su rostro era una incógnita. Pero en el verano de 1996 Cabezas logró fotografiarlo en las playas de Pinamar mientras vacacionaba. Esta foto, portada de todos los medios, marcó un antes y un después en el fotoperiodismo argentino.

Un año después, mientras volvía de cubrir un evento, fue abordado por cuatro personas. Le pegaron, lo subieron a un auto, lo torturaron, y a la altura de General Madariaga, lo asesinaron con dos tiros en su cabeza.

Fue un caso que conmocionó al país y que hasta estos días sigue recordándose como un hecho que desnudó ciertos mecanismos de censura con los que el poder opera.

Los responsables fueron juzgados y condenados a prisión perpetua, aunque salieron en libertad en 2017.  Yabrán, por su parte, se suicidó en 1998 cuando tenía pedido de captura.

A 27 años de su asesinato, José Luis Cabezas es homenajeado en distintas partes del país.