Como primer consejo se pide que se refuerce la hidratación. No esperar a sentir sed y beber, al menos, 8 vasos de agua al día.

Con respecto a la alimentación, evitar porciones muy abundantes y, a la par, ingerir verduras y frutas.

Para evitar sufrir golpes de calor se solicita reducir la actividad física y permanecer en espacios ventilados o acondicionados. También se aconseja evitar exponerse al sol en horas centrales del día y, además, usar ropa ligera y de colores claros. Si se va a estar expuesto al sol, cubrirse la cabeza con gorra o sombrero.

A la par, se pide estar atento/a a síntomas tales como piel apagada y escamosa, debilidad, confusión, sequedad en la boca y ojos hundidos, los cuales pueden ser indicadores de deshidratación. Se aconseja no automedicarse y controlar niveles de presión, ya que los golpes de calor o altas temperaturas pueden afectarla, provocando desmayos o caídas.

Ante sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos o dolores de cabeza, se recomienda solicitar de inmediato asistencia médica.