Martes 16 de Julio de 2024

DEPORTES

14 de julio de 2024

'Tienen que saber que quizá no logren llegar a ser futbolistas profesionales, pero no tiene que ser frustración porque la vida continúa'

Un captador de la Academia de Javier Mascherano, dos jugadores que pasaron por Sarmiento de Junín y Aldosivi de Mar del Plata, un ex arquero profesional y un psicólogo deportivo, brindan su testimonio sobre un eje principal: el desafiante camino que debe cruzar un chico hasta llegar (o no) al mundo del fútbol profesional. Una nota de Agencia Comunica.

Guadalupe Quinteros (*)

En cada barrio, en cada pueblo, en cada ciudad de Argentina, miles de jóvenes despiertan con el único propósito de perseguir un sueño que pocos comprenderán completamente: convertirse en futbolistas profesionales. Para muchos de estos talentosos adolescentes, el primer gran paso hacia su meta implica dejar atrás todo lo conocido y querido. Muchas veces se vuelve demasiado difícil de soportar la distancia, sobre todo a una temprana edad, ya que la mayoría de los jugadores son captados en categorías inferiores.
El fenómeno de los jóvenes que dejan su casa en busca del éxito futbolístico no es nuevo, pero sigue siendo tan inspirador como desgarrador. Detrás de cada promesa juvenil que persigue este sueño, ya sea que lo alcance o no, hay historias de perseverancia y a veces frustración que trascienden más allá del campo de juego. Cada entrenamiento, cada partido y cada decisión, lleva consigo el peso de un futuro incierto pero lleno de posibilidades.
Los adolescentes se enfrentan a una realidad que exige madurez prematura y una capacidad muy fuerte para soportar la presión, mientras se equilibran las exigencias deportivas con los desafíos emocionales de la adolescencia. Andrés Álvarez, psicólogo deportivo, destaca que “el desafío psicológico más común que enfrentan es el proceso de adaptación. Conocer el lugar, encontrar su espacio y encontrarse en un sitio en donde no conocen a nadie y en el que van a tener que rendir a la altura de un montón de compañeros que no conocen”.
En este contexto, el apoyo de la familia juega un papel fundamental, tanto en el antes, durante el proceso y después de tomar la decisión. Es el ancla emocional que proporciona consuelo, orientación y motivación tanto en los momentos muy buenos como aquellos que resultan difíciles.
Hernán Mendía es captador de jugadores en la Academia de Javier Mascherano. Además es el padre de Mateo, flamante jugador profesional de Boca Juniors, y también entrenador de fútbol. Destaca que, “con respecto a los preparativos de la familia, yo siempre les digo, desde mi lado de reclutar chicos, que lo charlen bien entre todos antes de pensar en que su hijo se vaya, que no sea algo alocado, sino consensuado. Porque el desarraigo a veces se sufre, es bravo y difícil. Sobre todo, el chico en principio tiene que querer ser futbolista”.

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Hernán Mendía es entrenador y captador de jugadores. Su hijo Mateo, hace poco firmó su contrato profesional con Boca Juniors.

Además, desde su punto de vista, aconseja a las familias de los futbolistas que están considerando seguir este camino: “Hay que ir paso a paso, lo mejor es acompañar desde su lado como familia, de apoyarlo y acompañar el proceso que es lo más difícil. Uno quiere que su hijo triunfe, pero lo que hay que disfrutar es el proceso”.
Cada jugador enfrenta desafíos personales únicos, que no son solo físicos y técnicos. Lautaro Diuono pasó por Sarmiento de Junín (2013-2023), jugó en reserva y entrenó con el plantel de Primera. Pero al no firmar un contrato profesional, se tuvo que ir. Hoy está en el club que lo vio nacer: Loma Negra. Desde allí recuerda que su mayor desafío, además de estar lejos de su familia, fue “aprender a resolver las cosas sólo, administrarme, ser responsable y encontrar actividades para despejar y compartir con los demás chicos”.

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Facundo Hojman pasó por Sarmiento de Junín y Aldosivi de Mar del Plata, hasta que decidió regresar a Loma Negra.

El caso de Facundo Hojman es bastante similar: llegó a Sarmiento de Junín con 14 años, y 2 años más tarde, en 2019, se unió a Aldosivi de Mar del Plata, hasta que tomó la decisión de regresar a Loma Negra, su club de origen. Hoy reflexiona sobre su experiencia: “En el primer equipo me costó muchísimo la distancia con mi familia, solamente aguanté medio año, y en el segundo equipo estuve un año entero, con más edad y ya teniendo la experiencia anterior, no fue nada fácil, pero los compañeros de pensión me ayudaban mucho y se hacía más llevadero”.
Bernardo “Pato” Ragg también surgió en Loma Negra, pero su camino hacia el profesionalismo lo inició en la segunda mitad de la década del ’80. Fue arquero profesional de Atlanta, Platense, Racing de Avellaneda y Belgrano de Córdoba, y finalizó su carrera en 2006 en Pontevedra, tras ascender a la Segunda División del fútbol de España, país en el que se radicó. Desde allí recuerda que en su época no siempre vivió en una pensión, ya que eso dependía del club al que llegaba: “en principio fue un hotel, después en pensión, dormía debajo de una tribuna con nada de nada, sin exagerar. Yo creo que ahora los futbolistas tienen más facilidades y ayudas”.

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Bernardo Ragg, tras su retiro como futbolista profesional, sigue en España como entrenador de arqueros.

En el mundo del fútbol, a menudo, se celebra el logro de aquellos que lo alcanzan, pero es pertinente reconocer a quienes no lo consiguen. Incluso los jugadores exitosos atraviesan momentos difíciles. Es fundamental valorar y hablar también de aquellos que no cumplen su sueño, entendiendo que no es un fracaso absoluto, sino parte del viaje. Como captador de jugadores, Hernán Mendía manifiesta que, a pesar de no haber cumplido el objetivo final, en el mientras tanto el chico se fue formando como persona y eso lo va a ayudar a enfrentar diferentes desafíos: “tienen que saber que quizá no logren llegar a ser futbolistas profesionales, pero no tiene que ser frustración porque la vida continúa”.
En su carácter de psicólogo deportivo, Andrés Alvarez asegura que la preparación mental es fundamental. Y reflexiona: “todos quieren llegar a firmar ese contrato, pero también es cierto que es un número menor el que lo logra. Por lo tanto, para muchos, es el primer momento duro de su vida. Por eso siempre apuntamos en esta idea de que mientras tanto el jugador se tiene que ir formando en otro aspecto, académico o laboral, de manera tal de que el fútbol no sea lo único en lo cual enfoque toda su intención”.
Lautaro no llegó a firmar un contrato profesional, pero lo toma con calma: “Uno estando ahí se va dando cuenta, y mi cabeza ya estaba preparada para lo que se venía. Además del fútbol, ahí se ven otros negocios que terminan perjudicando al jugador. Mi cabeza estaba tranquila porque siempre di lo mejor y sabía que el sueño no se terminaba ahí. Me llevé grandes cosas”. Su mirada coincide en parte con lo que plantea Alvarez, para quien “las variables que dependen del jugador están todas ocupadas, lo demás hay que soltarlo, porque si jugás o no jugás, ya no va a ser una decisión propia, ni depende del rendimiento, sino de un montón de otros factores. La cuestión de que haya un jugador en tu puesto, la opinión del entrenador, los intereses del club, entonces en ese sentido es una decisión compleja”.

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Lautaro Diuono estuvo 10 años en Sarmiento de Junín, pero no firmó contrato como jugador profesional. Hoy juega en Loma Negra.

Bernardo Ragg, desde su lugar de haber alcanzado el “objetivo final”, comenta que tiene muchísimos recuerdos de su experiencia, “sobre todo los ascensos con varios equipos, por ejemplo, o mi debut contra River en cancha de Vélez. Y malos también tengo. Los arqueros a veces quedan más expuestos que en otros puestos, pero haber jugado en una época dorada del fútbol argentino es la mayor felicidad”.
Para cerrar, es inspirador observar cómo diversas experiencias en el fútbol revelan los desafíos significativos en el camino hacia el profesionalismo y fundamentales no solo para alcanzar metas deportivas, sino también para el crecimiento personal dentro y fuera de una cancha. Tanto Facundo como Lautaro, quienes han transitado por ese camino, comparten consejos valiosos para los jóvenes futbolistas: alcanzar el sueño deseado requiere determinación y estar preparados para aprovechar las oportunidades que se presenten, es importante disfrutar cada momento y mantener la humildad y perseverancia como pilares fundamentales en este camino. Y Bernardo remarca: “No dejen de soñar y de intentarlo, para ser profesional hay que tener responsabilidad, paciencia, compromisos y sacrificios. Se trata de mucha lucha diaria y no bajar los brazos ya que nadie te regala nada”.

(*) Trabajo realizado para la cátedra Redacción periodística I de la carrera de Periodismo de la Facso



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