Explicó que la idea surge del mismo control que se hace del servicio de agua, tanto para la calidad, como para el efluente de la planta cloacal. Asimismo, reconoció que “más allá que siempre se trabajó en conjunto con la Municipalidad, con los laboratorios que tiene de bromatología, necesitábamos implementar este laboratorio propio”.

En relación al funcionamiento, indicó que mensualmente se realizan controles “del servicio de la generación de agua, de la flotación de los pozos. Se hacen muestreos de todos los pozos de la ciudad y localidades, y también se hacen muestreos en la distribución, en lo que vendría a ser la red domiciliaria”, señaló.

Lo que permite determinar este tipo de análisis, aseguró, es el nivel bacteriológico, es decir, si hay presencia de bacterias coliformes en el agua como la escherichia coli. “Eso nos va a permitir saber si tenemos que limpiar la cañería o el pozo”, añadió. También, en el nivel físico-químico, sirve para analizar si el agua posee ciertas sustancias tóxicas, como el arsénico.

Sobre el vuelco de líquidos cloacales al Arroyo Tapalqué, dijo que se toman muestras que ingresa a la Planta Depuradora, en las diferentes etapas del proceso que atraviesan para evaluar si cumplen con los parámetros exigidos por la Ley Provincial Nº 11.820.

“Estos parámetros son la demanda biológica de oxígeno, la demanda química de oxígeno, los coliformes totales, coliformes fecales, y algunos otros como los sólidos en suspensión”, mencionó.

A su vez, reconoció la importancia de poseer un laboratorio propio debido a que agiliza los tiempos y los recursos, y permite tener toda la información de manera instantánea.

“Se da respuesta al cuidado del medioambiente como a la demanda del usuario. El laboratorio es importante para enriquecer el servicio”, destacó.