LOCALES
16 de septiembre de 2024
Las huellas de la FIO presentes en Bélgica, donde se monitorean arcillas de Senegal
Se trata de Nicolás Keesler, ingeniero electromecánico. Primero estuvo en la industria del acero en Argentina y luego emigró junto con su novia a Valencia, para trabajar en una empresa que fabrica airbags para Renault. Hoy es manager en una compañía minera ubicada en la costa belga.
“Estamos a 20 kilómetros de Brujas, que es un pueblo de cuentos”, dice el Ing. Nicolás Keesler, detrás de un tour laboral que comenzó en plena pandemia y hoy lo ubica en Oostende, Bélgica.
Es ingeniero electromecánico y trabaja en Verhelst, una empresa de extracción y producción de arcillas cuyas minas quedan en Senegal. Allí, a 11 mil kilómetros de las aulas que lo formaron, es manager y aplica a diario todo lo aprendido en la Facultad de Ingeniería de Olavarría.
“Soy el responsable de la recepción en el puerto, almacenaje de materia prima y producción producto final. También se encuentra bajo mi responsabilidad las áreas de mantenimiento, proceso, calidad y despacho de producto final”, explica el joven de 31 años que tiene 20 personas a su cargo.
Profesionalmente “estoy muy cómodo en Bélgica, mi trabajo es muy desafiante y estoy perfeccionando mi nivel de inglés”, asegura. Su expectativa es “seguir creciendo como profesional y aprendiendo, día a día”. Su compañera está como responsable de producción de Lic Leather, una empresa que trabaja con cueros destinados a la relojería.
En este recorrido, intenso y prácticamente sin pausas, la Facultad de Ingeniería ha sido un motor determinante. “Uno cuando es estudiante siempre tiene la duda de cuándo voy a utilizar los contenidos de las materias o de qué voy a trabajar cuando me reciba”, admite el joven.
“En todas las empresas que trabajé utilicé todos los conocimientos técnicos que aprendí en la FIO y estoy muy agradecido porque también me dio la certeza de que el nivel educativo es muy bueno”, observa con orgullo.