LOCALES
27 de diciembre de 2024
“Hay buenos resultados con respecto al etiquetado frontal”
“Va a tener ciertas modificaciones que van a hacer que ciertos productos no tengan sello”, afirmó la nutricionista Estefanía Alsina, tras las modificaciones a la legislación y destacó que la ley implica “generar conciencia a la hora de adquirir un producto”.
Ante los cambios que la Anmat introdujo en la ley de Etiquetado Frontal, la nutricionista Estefanía Alsina analizó las modificaciones, explicó lo que implican y deslizó que las reformas tienen que ver con el lobby de la industria alimenticia.
“En un principio se quería derogar la ley”, explicó en diálogo con LU32 y en ese sentido “se presentaron varios proyectos para derogarla. Ahora surgieron algunos cambios”.
“Los cambios son, en realidad los nutrientes críticos se van a calcular a partir de adición, o sea, el producto natural, en el producto natural no se calculan los nutrientes críticos, sino todo lo que se suma como añadido en el proceso de producción”, explicó.
“Otra de las modificaciones es el uso de claims. Los claims nutricionales son, por ejemplo, antes aparecían los productos como rico en vitamina A, rico en vitamina D, o producto light, y ahora no los vimos más esos claims nutricionales porque estaban prohibidos cuando el producto tenía algún sello. Ahora, se pueden añadir esos claims nutricionales si no incluyen lo que son los nutrientes críticos”, manifestó la profesional de la salud.
"Por ejemplo, podemos encontrar un producto que diga exceso en azúcares y que diga light. Algo confuso. Además, otro de los cambios que se hizo es disminuir el punto de corte de edad para la protección de niños, niñas y adolescentes de 18 a 16 años. Ese es el cambio. Y también hay algunas cuestiones de excepciones en lo que es la publicidad con productos que tienen algún tipo de dibujito como para atraer la atención de los niños. Otra de las modificaciones es la eliminación de declaraciones juradas de la industria cuando ese producto tiene nutrientes críticos. Entonces, tenemos que confiar en la industria que ese producto tiene esos nutrientes críticos o que no tiene nutrientes críticos”.
Para la licenciada Alsina está mas que claro que “estos cambios se realizaron sin evidencia científica, sin asesoría técnica que tuvo la ley antes de ser implementada”. Pero, por otro lado, señala que “la ley, en realidad, no está implementada al 100%”.
“Los productos están etiquetados, tienen los sellos, pero no está la implementación en cuanto a las instituciones educativas todavía. En algunas provincias sí. En la provincia de Buenos Aires todavía no está implementada. Y ahora incluyen estas excepciones a la regla y digamos que deprime un poco lo que es la ley”, expone.
“Esperemos que no se derogue, que haya algunas flexibilizaciones, pero igualmente las instituciones que están en conjunto con la ley no están de acuerdo con estas modificaciones. Así que veremos cómo sigue pero esperemos que no”, dice.
Aunque a la hora de hablar de los argumentos de aquellos que se oponen a la ley y buscan su derogación, sólo menciona a “la industria alimentaria, claramente. Es el lobby”.
“La industria alimentaria igualmente hizo algunos productos, todavía continúa sacando productos sin sello, y también tiene algunas trampas, obviamente, como toda ley. Y seguramente sea la causa de las modificaciones que se están haciendo”.
Para la especialista en nutrición es importante destacar que “hay varios países que están utilizando el etiquetado frontal y que hay buenos resultados. Hay un estudio del Ministerio de Salud en 2023 que el 43% de las personas que tienen algún recaudo a la hora de compra con alimentos con etiqueta, sabemos que no es saludable consumir productos ultraprocesados, esto obviamente continúa igual, y es una alerta. Y también sabemos que es información para el que va a comprar un producto ultraprocesado. Y es una información clara, es una información precisa, y ahora va a tener ciertas modificaciones que van a hacer que ciertos productos no tengan sello”.
En cuanto a la experiencia con los pacientes en su consultorio, señala que “como todo, al principio del cambio, genera un poco de alerta, un poco de susto. Los pacientes se asustan, pero es como que genera mucha más conciencia a la hora de comprar un producto, a la hora de la decisión de comprarlo”.