El comunicado completo, del que además, participa la Facultad de Ciencias Sociales de UNICEN:

El gobierno sigue avanzando en su ataque a la ciencia en general y a las Ciencias Sociales, en particular. En términos presupuestarios ha decidido destruir al conjunto del sistema científico tecnológico y se suma un discurso de ataque a las Ciencias Sociales. En estos días, el Presidente de la Nación ha firmado el decreto 10/2025, donde establece sus prioridades en ciencia y técnica, dejando de lado a las Ciencias Sociales. Resulta por lo menos curiosa esta decisión por parte del gobierno, cuando él mismo recurre sistemáticamente a temas que son clásicos de este campo científico. Veamos sólo algunos mínimos ejemplos:

Desde su asunción, este gobierno ha planteado la necesidad de rever las políticas sociales, campo en donde el trabajo social ha construido experiencia, valorado logros y dificultades en la implementación de las mismas y fundamentado numerosas propuestas para abordar problemas sociales acuciantes de nuestra sociedad. ¿Qué otro campo de conocimiento ha aportado más en esa área?

Es un gobierno pendiente del uso de las redes sociales como espacio de comunicación, es decir está pendiente de los avances en Comunicación Social, otra rama de las Ciencias Sociales.

Hace pocos meses el gobierno logró que el Congreso aprobara un nuevo mecanismo de votación a través de la boleta única ¿Quién pensará el gobierno que diseñan modelos electorales y formas de votación sino las y los referentes de la Ciencia Política?

Finalmente, el gobierno propone una transformación económica de nuestro país que implicaría fuertes impactos en la estructura ocupacional. ¿Sabrá que la Sociología ha trabajado sobre ese tema desde hace más de un siglo y aportado los debates más relevantes?

Claramente, el gobierno hace uso de los principales desarrollos de las Ciencias Sociales para su manejo del poder político, su intervención en el discurso público y para implementar políticas que apuntan a negar, retraer y deslegitimar derechos. La motosierra no es una política positiva de desarrollo, no es una propuesta para mejorar la eficiencia y la productividad de la administración pública, no se propone una articulación virtuosa entre lo público y lo privado. Contrariamente, se trata de una política que destruye las capacidades que todos los Estados necesitan para el ejercicio de su soberanía, para desarrollar sus sociedades, que hacen a la educación, la salud y el sistema científico y tecnológico. La motosierra está siendo una forma de destruir las capacidades estatales que requieren las democracias para enfrentar los desafíos que imponen los cambios civilizatorios a los que asistimos.

Por todo ello, podemos afirmar que lo que preocupa al gobierno es el desarrollo de unas Ciencias Sociales que asumen un papel de denuncia de las injusticias sociales, documentan y analizan las condiciones históricas de marginación, discriminación, asimetrías y desigualdades y puedan desnudar con datos y argumentos, el modelo de ajuste, de destrucción del Estado como principal regulador de la vida colectiva en detrimento del mercado, con políticas que favorecen a los sectores de privilegio en detrimento de los otros sectores de la sociedad, generando mayor desigualdad y pobreza.

Las Ciencias Sociales para su desarrollo necesitan de compromiso y también del ejercicio de la crítica, de la necesidad de reconocer que no existe una única manera de pensar y, por ende, de actuar, sino múltiples formas de abordaje, que no hay consecuencias naturales, que la desigualdad es una producción social y no el desarrollo natural de una sociedad. Quizá sea esto lo que molesta de las Ciencias Sociales.

Las arremetidas contra las Ciencias Sociales no son casuales. Justamente porque este gobierno pretende dar, tal como lo ha anunciado, una batalla cultural que consiste en impartir una forma de adoctrinamiento que paradójicamente dice combatir. Para ello las Ciencias Sociales constituyen su principal blanco, porque promueven el pensamiento crítico, develan los hilos de las diferentes formas de dominación, de clase, de raza, de género, brindan herramientas y argumentos para la libertad de las personas, no de los individuos aislados que intercambian mercancías, sino de personas que habitan en comunidad y creen en una construcción colectiva.

Estamos convencidas y convencidos que la acción colectiva es el camino para reparar las injusticias que estamos viviendo. Sólo la solidaridad resiste a este autoritarismo, no nos van a robar la fuerza de la lucha ni de la resistencia. Ése es el compromiso que asumimos como parte de las Ciencias Sociales.