Al ser consultado por la relación entre el tema y la búsqueda de Abuelas por los nietos apropiados, diferenció porque ellos hacen “una investigación un poco más artesanal, en general tratando de que las personas aporten la mayor información que tengan”. 

Explicó que “En los casos de las adopciones, se busca el expediente de adopción. Hay dos expedientes que pueden estar acollarados en uno, que es cuando se declara el estado de adoptabilidad del niño, y cuando se da en adopción. Esto puede ser que haya un expediente en un departamento judicial y la adopción en otro. Por ejemplo, un niño fue abandonado en Mar del Plata, pero la adopción se produce en La Plata. Bueno, ahí hay dos expedientes, deberían estar juntos, pero no siempre están juntos, y en el primero deberían estar los datos de la madre biológica. A veces los conseguimos, a veces la encontramos, a veces la contactamos, la persona accede, y ahí nos explica, bueno, cuáles fueron las circunstancias”.

En este punto sostuvo: “hablamos de origen y no de origen de identidad biológica, porque el origen es algo un poco más complejo, nos ubica en el contexto”.

Las adopciones, expresó Inchauregui, son consecuencia de “un proceso judicial donde, antes un juez de menores hoy un juez de familia, emite una sentencia otorgando una guarda primero y luego una adopción a un niño o niña”.

“Las apropiaciones -en cambio- son aquellos casos en que se inscribe un hijo como propio y en rigor no lo es. No pasa, por un trámite judicial”. 

En el primer caso es una situación totalmente legal, esos expedientes son indepurables, o sea que se mantienen, y si se conoce el nombre de la parturienta es posible acceder a la parturienta, decirle que alguien la está buscando y, si accede, revincular a la parturienta entonces con el adulto, hijo biológico en el presente”.

En las apropiaciones, sostuvo, hay hasta tres delitos.

“Cuando alguien inscribe un hijo como propio, por más que sea algo socialmente aceptado y los apropiadores sean vistos como benefactores, realmente la problemática es otra muy distinta”. 

“Primero, la construcción de la subjetividad de la persona apropiada. Después, porque se establece necesariamente un vínculo, no importa cuál. Pero eso determina que muchas veces el apropiado, piensa que sus padres son sus padres de crianza, que tiene alguna deuda con ellos y esperan, por ejemplo, al fallecimiento, para entonces encarar la búsqueda de identidad de origen”.

En este punto señaló: “eso siempre es muy inconveniente, porque el apropiado muchas veces no quiere que sus padres de crianza, por más que reconozcan que delinquieron, puedan ser sometidos a un proceso judicial, incluso a una sentencia condenatoria”.

Al ser preguntado por los motivos por los que una mamá es separada o entrega a su hijo, el funcionario enumeró que “Hay parturientas que habían sido abusadas y no pudieron o no quisieron maternar a esos hijos que produjo el abuso. Hay otras que, por situaciones, más o menos un 40%, es por motivos económicos que no maternaron a sus hijos”.

En los últimos casos, reconoció, acceden a revincularse con sus hijos, biológicos y hay reencuentros que son con un final feliz… Y hay otros que se conocen, acceden a la verdad y siguen sus vidas. Pero saben dónde está el otro, saben quién es, saben qué hace y, como en todas las familias, hay idas y vueltas.

Finalizó explicando y comparando que “en el Banco de Datos Genéticos, este es un dato importante, para la identificación de esos 139 hijos o hijas desaparecidas, se analizó 16.500 ciudadanos y ciudadanas que no son hijas biológicas de sus padres, solo nacidos en el período dictatorial”.

“Quiere decir que esos negativos son parte de una población que no son hijos biológicos de sus padres, que buscan su identidad de origen, pero que no ‘matcheo’ con el Banco de Datos Genéticos y están buscando su identidad de origen”.

Por último, invitó a quienes tengan dudas a ingresar en https://busquedadeorigen.mseg.gba.gov.ar/ donde están todos los datos para contactarlos. El servicio, vale decir, es gratuito.