“Estudié Risoterapia en pandemia. Cuando todo estaba tan triste alrededor nuestro, busqué una opción de algo que me diera una mirada positiva. En medio de tanta zozobra y hasta miedo que teníamos todos. Entonces, como el miedo paraliza, la risa libera”, contó, en diálogo con LU32, Betty Peralta Angeletti.

“Soy Risoterapeuta. Hace tres años ya que estoy trabajando con esto y soy la única en Olavarría”, afirmó.

En aquellos días donde no se podía salir a la calle, Betty encontró la carrera en una universidad de Barcelona y se sumó de forma virtual. “En nuestro país hay risoterapeutas, pero no tanta cantidad. De hecho, acá soy la única”, dijo y manifestó que la Risoterapia “se trata de rescatar al niño interior. Se trata de yoga de la risa”.

“Hacer ejercicios de respiración profunda, de respiración sostenida y sacar la risa, como cuando éramos pequeños. Como cuando reíamos sin motivo, por el simple hecho de soltar las carcajadas hasta que la panza nos dolía. Eso con el tiempo se va perdiendo y los adultos reímos muy pocas veces al día, mientras que los niños ríen hasta 400 veces y más”, explicó y afirmó que fue “por eso es que tomé la risoterapia como una misión”.

“Como una forma de sanar, de liberar, de dejar salir todo lo bueno que todos tenemos. Porque todos nacemos con la facultad de reír. Es la primera expresión social. El llanto y la risa. Y la expresión social de la sonrisa es lo más esperado por las personas que nos aman cuando somos pequeños”.

“No nos reímos porque estamos bien. Nos reímos para estar bien. De hecho, he tenido situaciones, como todo mundo, que te generas angustias, problemas y aprendí que enojándome no era el mejor camino, que la risa sí me llevaba al mejor camino”.

“De pronto empezás a reír suavecito, en vez de llorar y cuando te querés acordar, sacas la carcajada. Y esa risa genera endorfinas. Esa risa libera oxitocinas. Esa risa le dice a tu cerebro que todo está bien y que va a estar mejor. Entonces, luego de una reunión, de un encuentro de risoterapia, todos nos vamos mejor”.