Su propietario, Ricardo de Beláustegui, con bronca, indicó a LU 32 que no registró ningún tipo de faltante, como sucedió en veces anteriores y que solo rompen para provocar daños.

El librero además, se muestra convencido en que no hay interés en dar una solución que finalice con este problema y además, lo enoja la desidia de la policía y del gobierno.