Zoilo destacó que son muchas aún las asignaturas pendientes en el país y que urge la necesidad de un diálogo más sereno y fecundo.   También el párroco pidió que crezca el respeto entre quien opinan y piensan distinto.   Reconoció que sin una reconciliación profunda, arraigada en la Justicia, la paz va a tardar demasiado en llegar.   Para cerrar, como no podía ser de otra manera, indicó que este año es especial para los argentinos, ya que un hijo de esta tierra ocupa la Casa de Pedro, en referencia al Papa Francisco.   Señaló que fue una novedad singular y una maravillosa sorpresa la que nos toca vivir y deseó que seamos capaces de dimensionar el acontecimiento que, espera, sirva para seguir construyendo la patria.   Concluyó el sermón con una frase que pronunció Francisco, cuando era el Cardenal Bergoglio en un Tedeum en la Catedral porteña: “Hermanos, ha llegado el momento de ponernos la patria al hombro”.   Consideró que es una frase por demás elocuente.