En este sentido, desde la Dirección de Diseños de Espacios Verdes, a cargo de la paisajista Ana Geoghegan, se brindaron recomendaciones al respecto del manejo de la planta y la plantación.

En primer lugar, hay que tener en cuenta entre los cuidados pos plantación, que la principal preocupación debe ser el correcto grado de humedad del suelo.

“La planta está muy reducida de raíz y de capacidad de absorber agua, por lo que ésta debe estar siempre disponible, aunque nunca en exceso”, recomendó Ana Geoghegan.

Dada la escasa raíz presente, su escaso desarrollo y expansión en el terreno, y la recomendación de plantación superficial, los dos primeros años deben preferirse los riegos muy frecuentes a los espaciados en el tiempo.

La funcionaria municipal explicó que hay que “tener en cuenta que la plantita no ha desarrollado las raíces que van hacia arriba a buscar la humedad, por lo tanto hay que asegurarse que en los riegos, el agua llegue hasta la parte de abajo donde está el pan de tierra”.

Entre otros cuidados a considerar, cuando el sistema radicular tome fuerza y volumen comenzará un crecimiento notable en la copa y un engrosamiento del tronco, será entonces momento de atender al posible estrangulamiento de las ataduras de los tutores y, posteriormente, a la retirada de los tutores y a la formación de la copa.

Cómo actuar sobre la estructura del árbol joven

Mientras no se produzca un desarrollo vigoroso, el árbol plantado sólo producirá brotes pequeños con entrenudos cortos. La planta joven necesita un desarrollo vigoroso que eleve su copa y organice su estructura.

La paisajista Geoghegan, indicó que “no se debe comenzar ninguna actuación de poda de formación hasta que la planta muestre un desarrollo vigoroso en la copa (elongaciones importantes)”.

“Toda reducción copa realizada antes de que la planta muestre desarrollos vigorosos colabora al debilitamiento y alarga el trauma pos plantación. Por lo tanto, el primer tiempo de la planta solo se asegurará su humedad y control de tutor”, agregó.

Finalmente Geoghegan consideró que “todo intento de formación antes de que la planta muestre desarrollos vigorosos está condenado al fracaso”.