El Fortín arrancó para comerse la cancha, para deglutir a su rival.Le dio resultado.A pesar de la población de volantes que dispuso Estudiantes, el dueño de casa distribuyó mejor y con criterio y alentó varias situaciones de conversión sobre el arco bataraz.

A los 25 minutos Mayor transformó en gol un claro penal.

La mayoría intuyó que El Fortín lo cerraba.No fue así.Levantó inexplicablemente el pie del acelerador. Estudiantes usufructuó y exigió en reiteradas ocasiones encontrando a un Ramírez imbatible.

La mejoría visitante encontró su premio a los 10 minutos, también de penal. Ariel Bricka no perdonó. Todo quedó como empezaron.

Le costó a ambos jugar. El desarrollo se hizo desprolijo y lejos de los arcos.

A los 28 lo que nadie esperaba, pelotazo de Peralta, la subida de Alberca, y el marcador proyectado como punta lo cerró con un “balinazo” a ras del césped que superó la resistencia del arquero local.

Con el marcador arriba, los albinegros tomaron el control. El Fortín intentó en vano, salvo un remate de Sánchez que se estrelló en el travesaño. Es cierto también que Galván abolló el parante izquierdo y de haber entrado estaríamos escribiendo, quizás, otra historia,.

Pudo ser para cualquiera de los dos,.pero Estudiantes pegó dos veces, y no está mal que se haya quedado con los tres puntos.

Impecable tarea de Málaga, ante un marco interesantísimo de espectadores.