Señalan que “Hoy debe ser un día de reflexión más que de festejos para todos los que integramos el mundo del trabajo, porque debemos recordar a los hombres y mujeres que dieron sus vidas luchando por mejores condiciones laborales en la historia de la humanidad, símbolo de ello, es la lucha de los trabajadores de la costa este de los Estados Unidos allá por 1886, en pos de lograr que la jornada de trabajo fuera de ocho horas. También en nuestra Argentina en los doscientos años de historia contemporánea, pasaron innumerables luchas de trabajadores junto con sus sindicatos, para lograr mejoras de las condiciones de trabajo y de sus salarios, donde hemos tenido trabajadores y dirigentes presos, torturados y asesinados por gobiernos de facto, que siempre beneficiaron el accionar de las corporaciones patronales”.

“Hoy nos encontramos en una Argentina que vio crecer su producto interno alrededor del 8% durante ocho años en forma ininterrumpida, algo poco común en el mundo y a pesar de ello,  tenemos más de diez millones de compatriotas que viven bajo la línea de pobreza, que soportan la miseria con prácticas de asistencialismo que los mantiene como potenciales rehenes electorales del poder y que no encuentran un trabajo digno. Sólo en la provincia de Buenos Aires, alrededor de 250.000 jóvenes buscan –sin lograrlo– su primer trabajo, con todo lo que significa el primer empleo en la vida de un trabajador”.

“De cada diez  trabajadores hoy en la Argentina, tres o cuatro trabajan en forma irregular, o sea como comúnmente se llama “en negro” con condiciones laborales y salariales impuestas por el patrón, sin aportes a su seguridad social, sin aguinaldo, sin vacaciones, en definitiva sin beneficios legales y convencionales
Los trabajadores estamos padeciendo una inflación que supera a diario los reajustes logrados en las paritarias, ocasionando una notable pérdida del poder adquisitivo de los salarios. También producto de la inflación, el alcance a una importante cantidad de trabajadores del más nefasto impuesto: el impuesto al salario, mal llamado impuesto a las ganancias y la injusta perdida del cobro de las asignaciones familiares a los trabajadores que perciben sueldos dignos, discriminando así a sus hijos”. 

“Tampoco podemos olvidar aquí a los compañeros jubilados y pensionadas, que en un setenta por ciento están con la jubilación y pensión mínima y que necesitan urgente de un refuerzo en sus haberes, aparte de los reajustes de ley, tal como se ha solicitado, porque no les alcanza para cubrir sus necesidades de familia. 
Hoy también vemos como tambalea el sistema solidario de salud, único en el mundo por sus características y que durante décadas permitió que las obras sociales sindicales se ocuparan de la salud de la familia trabajadora, suplantando al Estado en este rol”.

“Es por ello que en este 1° de Mayo de 2014, además de recordar a todos quienes han luchado por un justo salario y por condiciones laborales dignas para los trabajadores del mundo, proponemos ponernos a pensar sobre nuestro presente, reorganizarnos en nuestras entidades gremiales para profundizar el fortalecimiento de las mismas y por sobre todas las cosas encontrarnos en la unidad del Movimiento Obrero Organizado, en una sola Confederación General del Trabajo, que represente y defienda los derechos de los trabajadores, de sus organizaciones gremiales y de la Patria, por sobre todas las cosas”.