El mayor de los problemas, relatan los allegados a Botana, se da por las diligencias de rigor que deben realizarse cuando una causa es caratulada como “Averiguación de causales de muerte”.

Todo, de todas maneras, fue profundizado por la tardanza en arribar de la Policía Científica con sede en Azul que “por problemas de combustible”, demoró 12 horas en retirar el cuerpo.

Luego de la entrega, confirmando el cierre de la investigación ya que las causales de muerte fueron naturales, el cuerpo de Botana fue devuelto el sábado a la tarde a Bolívar desde Azul, en un camioneta Toyota Hilux común, siempre según el relato de los familiares.

Este último traslado ya corresponde a la Cooperativa Eléctrica de Bolívar, que presta el servicio de velatorio e inhumación en la vecina ciudad.

Pero el calvario de la familia no culminó allí, ya que no pudieron dejarlo tras el velatorio en un nicho, debido a que el tamaño del ataúd era extra especial y no había espacio disponible en el Cementerio de Bolívar y quedó alojado en la capilla de la Necrópolis.

Al momento de caratular el hecho hubo diferencias entre la familia y la Justicia, ya que mientras la primera explicaba que el fallecido tenía problemas cardiovasculares, la segunda definió abrir una causa “de oficio”, para indagar los motivos.
 
La indignación de la familia se basa en la cantidad de pasos que hubo que completar y la demora en ejecutarlos para que el cuerpo finalmente, no pueda descansar en paz.