Carrió, que llegó acompañada por la precandidata a diputada Marcela Campagnoli, fue recibida por jóvenes de la ciudad y la región que están “reconstruyendo el partido”, pero también estaban referentes locales del PRO como Ezequiel Galli y Jorge Larreche e históricos del radicalismo como Pedro “Perico” Capuano y Raúl “Cacho” Pastor, que formaban parte del auditorio.

Dedicó 5 minutos a la prensa y se refirió a varios temas, entre ellos, al armado de una alianza nacional “No PJ”.

Adelantó que en abril habrá acuerdo y que la gente abajo quiere que estén unidos, cosa que trasciende a los dirigentes.

También deseó que Cristina termine el mandato y afirmó que este tiempo ha sido un tránsito en el que se ha evitado un golpe de estado.

Dijo que no está sola, que el problema es que la muestran sola.

Reconoció que su “hijo dilecto” (por Adrián Pérez) y el presidente del partido (Walter Martello) se fueron con Massa y le ocasionaron un gran problema, además de traicionar a todos. Pero, afirmó, que si el líder no se entrega, siempre hay esperanzas.

Respecto al apoyo que se le da para ser oposición y no gobierno, Carrió dijo que sería lindo tener una gobernante justa y bromeó diciendo que no sabe por qué votan delincuentes.

También manifestó que el campo está llorando y el pueblo está triste. Lo padecen las economías regionales, pero también la provincia de Buenos Aires.

Respecto a la corrupción Carrió dijo que hay que seguir en el camino para salir de ella y evitarla en el país que viene.

Se comparó de forma irónica con Scioli y Massa “que están hechos percha” porque ella “está divina” ya hace años que viene luchando contra la corrupción.

Sostuvo que nunca tuvo relación con Massa, ni con el kirchnerismo.