Jueves 18 de Abril de 2024

LOCALES

14 de junio de 2015

El Teatro Municipal celebra sus 75 años

El 7 de julio dará comienza la semana aniversario del Teatro Municipal, y en esa primera noche, la Comisión Municipal de Folklore está preparando “La Noche del Folklore” y entre los espectáculos previstos estará el Ballet Folklórico Municipal

El 7 de julio de 1940, queda inaugurado el Cine-Teatro Municipal; una de las salas más modernas y lujosas con que contaría la provincia y que constituirá un legítimo orgullo para Olavarría.

El 7 de julio de 2015, comenzará la semana aniversario del Teatro, donde el eje central serán los 75 años de este símbolo cultural de Olavarría.

El Gobierno Municipal, a través de la Dirección del Teatro Municipal, la Subsecretaría de Cultura y Educación y la Secretaría de Desarrollo Social, están previendo una semana cargada de espectáculos dedicados a las diferentes manifestaciones artísticas que hay en nuestra ciudad.

Tal como lo explicaron la Directora del Teatro Municipal, Karina Ostertag y el Subsecretario de Cultura y Educación, Diego Lurbe: “estamos armando una agenda donde cada día esté dedicado a un arte distinto. Vamos a comenzar la primera noche con el folklore, donde la Comisión Municipal de Folklore está organizando “La Noche del Folklore”.

“Fundamentalmente, estarán participando nuestros artistas locales que se abocan a este género, y contaremos con la actuación, entre otros, del Ballet Folklórico Municipal”, afirmaron.

Así es como, una de las integrantes fundacionales del Ballet, Adriana Revasti explicó que “fuimos invitados para hacer la apertura. El Ballet Municipal está dirigido por Sabina Di Salvo, y para esta fecha en especial, preparamos un cuadro norteño. Después actuarán artistas de nuestra ciudad y está previsto que  termine todo con una gran peña con participación de público.”

El Ballet Folklórico Municipal, fue creado en 1993 por el entonces Intendente Helios Eseverri. Dirigido por la bailarina Sabina Di Salvo, el Ballet ha realizado presentaciones en distintos puntos del país, acompañando a artistas de la talla de Antonio Tarrago Ros, Los 4 de Córdoba, Vitillo Abalos y demás exponentes del folclore nacional.

“El ballet tiene 22 años,  y lo dirige Sabina Di Salvo quien fue primera bailarina del Ballet Folklórico Nacional”, remarca Revasti, y agrega que: “nosotros continuamos esa línea de trabajo que corresponde al actual Ballet Folklórico Nacional. El elenco, en este momento, está formado por ocho parejas y si bien hay muchos chicos nuevos, desde el principio somos Juan José Rivas y yo.”

Es el Ballet oficial del Festival Nacional de Doma y Folklore de Olavarría, realizando la apertura de cada noche. Además, la agrupación local participa del proyecto Nuestro Folklore, realizando conciertos didácticos para las escuelas urbanas y rurales, reflejando a través de la danza los distintos ritmos musicales de nuestro país.

“Para nosotros, el folklore es una forma de vida, es nuestro trabajo”, afirma enfáticamente Adriana Revasti; y resalta que: “además, somos profesores de la Escuela Municipal de Danzas, y trabajamos muchas horas semanales para que luzca el producto terminado.”

“Para la gente, el folklore transmite nuestra idiosincrasia, nuestra raíz. En estos últimos años es multitudinaria la cantidad de gente que baila folklore, antes la gente iba y miraba o escuchaba; pero ahora, la gente va y baila, participa y quieren aprender”, finalizó emocionada.

Haciendo Historia: “Olavarría cuenta con un Teatro Moderno”

El 7 de julio de 1940 quedó inaugurado el Cine – Teatro Municipal en la ciudad de Olavarría.

Eran tiempos donde una persona podía obtener fotos autografiadas de estrellas tales como Amelia Bence, Delia Garces o Malisa Zini, tan sólo juntando 12 envoltorios del jabón Lux y canjeándolos. Tiempos de “Fontanares rubios” a tan solo 20 ctvos. En aquel entonces arribaba a nuestro país el gran Leopoldo Stolowski y su orquesta de 109 profesores para ofrecer 10 conciertos.

El dominio masivo del espectáculo pasaba a manos del cine, ya que la invención de los Lumiére se había expandido como explosión por todo el mundo y hasta los más modestos pueblos tenían su biógrafo.

Los precios que había que pagar para poder acudir a la primera función del teatro grande eran de $1.20 plateas y $0.80 pullmann, y así poder disfrutar de la oscuridad de la mágica sala.

Décadas atrás, en enero de 1926, un arquitecto de Bahía Blanca, Ernesto Pellicota, presentó un proyecto respondiendo a un pedido municipal para la construcción de un teatro en la esquina de Vicente López y Belgrano. En dicho proyecto se preveía un Teatro clásico, con un escenario de amplias dimensiones y capacidad para 1100 espectadores, distribuidos en la Planta Baja y el paraíso, siguiendo la forma tradicional de herradura alargada. Este proyecto fue finalmente rechazado.

El golpe de Estado de 1930 y sus consecuencias políticas obligaron a postergar la construcción del Teatro. Finalmente, tras un período de casi 15 años luego de la idea inicial del proyecto, durante la administración comunal del Dr. Amadeo Grimaldi, se emprendieron las obras de realización del Cine – Teatro Municipal.

“(…) Las características del teatro nos limitan a decir, que esta será una de las salas más modernas y lujosas con que contará la provincia y que ha de constituir un legítimo orgullo para Olavarría (...)” cita el diario El Popular en su edición del 11 de noviembre de 1984. “Su arquitectura sobria, su capacidad y su belleza interior, lo equiparan a las mejores salas de la república”, se lee en la edición extraordinaria del diario La Democracia, en octubre de 1941. Y realmente es así.

El proyecto originalmente presentado y la construcción final, cuyo diseño estuvo a cargo del Estudio Técnico del Ingeniero Francisco Marseillán, guardan algunas variantes: En el primero, el hall de acceso tenía triple altura, en tanto que finalmente tuvo solo dos pisos para obtener una mayor capacidad; también se diseñó una estética distinta en la fachada sobre Rivadavia y distintos remates en la cubierta.

Es en la simpleza interior de la sala donde se encuentran los mayores logros técnicos y espaciales. Una mención especial merece la araña colocada en el hall, un artefacto de hierro forjado con ocho luces, muy novedoso para aquella época.

La construcción final constó de tres pisos: plateas (divididas en tres columnas: plateas centro, izquierda y derecha), pullman (primer piso) y súper pullman (segundo piso), y una capacidad total de 1200 espectadores. Consta con un foso, un entrepiso, baños para damas y caballeros y camarines.

Cita La Democracia en octubre de 1941: “¿Cuál es el vecino que fuera de la ciudad, cuando se habla de Olavarría, no habla del Teatro? ¿Cómo no mencionar orgulloso ante los extraños la importancia que tiene para la ciudad un edificio de esta naturaleza?”



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