Quienes recorren las calles de la ciudad a diario son testigos del, cada vez más, abandono que sufren los animales domésticos.

Esto, es generador de preocupación tanto para quienes impulsan las campañas proteccionistas de animales como también, para quienes sienten temor ante el posible ataque o mordedura de alguno de estos animales que,  a causa del abandono, frío, hambre y soledad; puede conllevar.

Ante la insistente preocupación de la comunidad, por la seguridad y protección de los perros rescatados del estado de abandono en las calles de la ciudad, el Director de Inspección Sanitaria y Bromatología, Federico Larroudé explicó el trabajo que se realiza desde el área a su cargo con la finalidad de darle una mejor calidad de vida a aquellos animalitos que han sido abandonados por sus dueños.

“Los perros rescatados, a diario, del estado de abandono se encuentran en el predio de la Protectora y el de Bromatología”, comenzó detallando Federico Larroudé y continuó: “los mismos, por los riesgos que ocasionan a la ciudadanía y porque no es justo que estén abandonados. Una vez que llegan al predio, se los atiende, se vacunan desparasitan y se ubican en un canil con techo, reparo, alimento y agua; a la espera de que alguien los adopte.”

“Lamentablemente, nunca nadie aparece, como tampoco se ha inscripto gente en el registro de hogares de  transito”, remarca Larroudé con cierto tono de resignación.

Con respecto al trabajo conjunto que se realiza con las proteccionistas de animales, el Director de Inspección Sanitaria y Bromatología señaló que: “el trabajo conjunto con asociaciones protectoras de animales, tanto con APOAA, como aquellos que trabajan de manera independiente es fundamental. Con APOAA se trabaja diariamente como también con la protectora que hay en la localidad de Hinojo. El municipio ha construido entre 15 y 16 caniles para albergar entre 70 y 80 perros de la calle y se están reparando 5 caniles más con un proyecto de construcción de otros 6.”

Estas acciones, son posibles por la decisión del Gobierno Municipal de llevarlas adelante y realizar la inversión necesaria que garantice un mejor lugar de reparo, cuidado y estancia para los animales abandonados en la vía pública.

“Aún así, el problema es más complejo”, señala Larroudé: “y tiene que ver con lo social, con lo humano; porque un perro, espera que lo lleves, que le des un lugar, atención, abrigo; pero sobre todo cariño; un perro no quiere que le des de comer en la calle y lo dejes durmiendo en un rincón de la ciudad”.