Hubo varios departamentos en el complejo habitacional, que no estaban habitados, con puertas forzadas y familias que comenzaron a vivir en ellos.

Los dueños de las unidades habitaciones se enteran, habitualmente, porque son otros vecinos conocidos que les avisan de la situación.

Ya la Justicia, a través de las fiscales Alonso y Serrano, se encuentra interviniendo porque hay, al menos, tres denuncias radicadas.

Una de las situaciones pudo resolverse, ya que quine había usurpado, era una detenido con prisión domiciliaria que entendió que si continuaba viviendo allí, perdía el beneficio otorgado.

Otra de las denuncias está muy cerca de la citación a indagatoria e imputación de una persona.

La última, ingresada hace escasas horas, está en plena etapa de investigación.

En la misma, la denunciante indica que pudo cruzarse con la mujer que lideraba la ocupación en el departamento de su hija y que ésta le dijo que hablara el martes con ella tras una reunión con iba a tener con el intendente.

“Les aseguro que le devuelvo el departamento, si nos va bien” habría dicho la denunciada, ante la abogada que radicó la denuncia en la Comisaria Primera en la tarde del domingo.

También en la denuncia se expresa que hubo golpes y forcejeos cuando la denunciante intentó tomar fotografías de las personas que estaban ocupando el departamento de su hija y que hasta le arrebataron la cámara. 

Cabe decir que desde el entorno del intendente indicaron que “por el momento” no tienen pautado ningún encuentro y aseguraron que es un “tema judicial”.

En ese orden, LU32 pudo averiguar que la creencia popular que reza que las usurpaciones no se pueden desalojar, carecen de asidero, al menos por estos días.

Si tras el diálogo los ocupantes se resisten a irse, debe intervenir el Juzgado de Garantías que da un plazo para que la fuerza pública concrete el desalojo y, en caso que haya menores, también interviene el Servicio Local para garantizar que los niños no queden desamparados.

Desde la Justicia se lamentaron porque no hay denuncias en todas las propiedades que están usurpadas en el barrio.

Muchos de los propietarios tienen ese departamento como una entrada importante de dinero, a través del alquiler, mientras que otros, de mejor pasar, no están interesados en lo que sucede en esa propiedad, o no quieren meterse en problemas, entonces no denuncian y complican el trabajo con los otros dueños para desalojar a los intrusos.