Fue en el marco de la Jornada por la Inclusión de las Mujeres Indígenas en el Sistema de Salud Bonaerense, organizada por el Consejo Provincial de Asuntos Indígenas de la Secretaría de Derechos Humanos, el Fondo de Población de Naciones Unidas, y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Allí se debatió sobre el estado de situación de los pueblos afectados, se analizaron experiencias, y se debatió sobre las necesidades concretas para la inclusión en el sistema público de salud provincial, sin discriminación.

“El objetivo de este encuentro es fortalecer el acceso a la salud que corresponde a su propia cultura, porque en éstos casos estamos hablando de una triple discriminación: por ser mujeres, originarias, y pobres. Eso queremos cambiar desde las políticas públicas,  y lo queremos hacer desde un enfoque de derechos humanos y en consulta permanente con los grupos afectados como en éste caso”, dijo en la apertura de la jornada Cantón.

Por su parte, la ministra de Salud señaló: "Hace años que venimos trabajando en la implementación de maternidades seguras y centradas en la familia en el sistema sanitario, un modelo de atención que hace eje en los derechos interculturales, que buscan integrar las particularidades de cada pueblo originario".

Asimismo, celebró la organización de la jornada "como espacio de enriquecimiento e intercambio para conocer las necesidades de los indígenas en materia de salud".

Como representante del pueblo Gününa Küna de La Plata, Victorina Spoja, agradeció la presencia de las autoridades en el encuentro y destacó que “las necesidades de los pueblos son para ayer, pero especialmente el tema de la salud es muy delicado”. Precisamente a partir de esa demanda, surgida de las reuniones periódicas con el Consejo Provincial de Asuntos Indígenas, “se generó la decisión de la consulta previa, que es un principio básico”, respondió Canton.

Según el Censo Nacional de Población de 2010, habitan en la provincia de Buenos Aires 299.311 indígenas, de los cuales un 40,1%  no posee obra social, prepaga o algún plan de salud estatal. Mientras que unas 3.441 personas de esa población no sabe leer ni escribir, lo que dificulta el acceso a la salud desde su propia cultura.