Jueves 28 de Marzo de 2024

LOCALES

12 de agosto de 2018

Internos de la Unidad 27 confeccionaron 550 cartucheras para alumnos de una escuela

La llegada del Día del Niño se convirtió en el impulso que puso en marcha nuevamente el motor solidario de los internos alojados en la Unidad Penal N° 27 de Sierra Chica.En esta ocasión se trata de la confección de 550 cartucheras que recibirán como obsequio los alumnos que concurren al nivel primario de la Escuela Normal de Olavarría "José Manuel Estrada".

Las docentes, que desde comienzo de año comenzaron a vincularse con la institución penitenciaria a través del Coordinador del Área Cultura, el oficial Alejandro Ávila, acercaron los materiales para que los internos confeccionaran las cartucheras en el “Taller de costura Solidaria”.

 

Este jueves, un grupo de docentes integrado por Claudia Roth, Andrea Rincón, Karina Mariani y Carina Urrutia, junto a las bibliotecarias María Luz Mendiondo y María Elisa Mariezcurrena se acercaron hasta la institución penitenciaria donde fueron recibidas por su director Prefecto Mayor Rubén Moyano junto a los subdirectores Sonia Anreu, Mariano Ciancio, Guillermo Deandreis y personal de diferentes áreas.

 

En una reunión distendida para hacer entrega del material, las docentes agradecieron el trabajo en las palabras de Mariani, “el trabajo es hermoso, los chicos se van a poner muy contentos porque siempre esperan el presente de la señorita para el Día del niño y cada una de nosotras les vamos a explicar en las aulas de dónde viene este obsequio y quiénes lo hicieron. Todas las docentes agradecemos este enorme gesto para con nuestros alumnos”.

 

Desde la Dirección de la cárcel se fomenta la implementación de estas actividades con la intención de alcanzar el objetivo principal que es la reinserción social de los detenidos por medio del trabajo, lo cual permite ampliar las posibilidades de aprendizaje de oficios que les permitan comprometerse, sentirse útil y que ello le brinde una oportunidad laboral que los incluya en la sociedad a su egreso de la institución.

 

Hasta los sábados y domingos el grupo de seis internos integrado por Silvio, Lorenzo, Marcelo, José, Daniel I. y Daniel G., empleaban su tiempo en la costura. “En otras Unidades participé en talleres de confección y costura, conocía el oficio y me sumé a este microemprendimiento para continuar con las actividades que se hacer. Esto es parte del tratamiento y la rehabilitación que recibimos acá y a nosotros nos permite demostrar que queremos cambiar”, comentó Marcos sobre su participación en el Taller.

 

Marcelo piensa en su libertad y mencionó que “aprender me sirve porque me va a permitir dedicarme a coser y se pueden hacer muchas cosas, acá también reparamos bolsos, mochilas y ropa de nuestros compañeros. Son muchas las posibilidades que se desprenden de saber coser”.

 

En la ocasión también recibieron cincuenta libros reparados que vuelven en impecables condiciones a la biblioteca de la Escuela para que puedan ser usados por los chicos. Y se suman a otros cincuenta que fueron entregados recientemente luego de que fueran reparados en el Taller de encuadernación.

 

Las bibliotecarias destacaron la importancia y urgencia de este vínculo con los internos y su trabajo, “hoy en día la encuadernación de los libros es muy mala, entonces por más que los chicos los cuiden, cuando se abren se deshojan porque no están cosidos, sino pegados. Este material es muy importante en una escuela donde el volumen de alumnos es muy grande y los libros se usan todo el tiempo, por eso el trabajo de los internos es tan valioso, porque ahora estos libros resisten el uso que se les dará. Vemos que es un trabajo hecho con mucho cariño, dedicación y prolijidad, por eso lo agradecemos y valoramos muchísimo, sin este tratamiento sería un material que se pierde y no llegaría a los chicos”, mencionó Mendiondo.

 

A la escuela Normal concurren alrededor de 1200 alumnos entre todos sus niveles, “este gran volumen de gente hace que los libros se muevan constantemente, por eso es invalorable saber que podamos contar con un grupo de trabajadores que nos van a ayudar a volver a usar este y otros tantos materiales, como también a preparar un presente, como las cartucheras, que será muy bien recibido”, además de poner en valor la labor artesanal de los internos y expresar la voluntad de la institución de continuar con el vínculo laboral, Mariezcurrena les mencionó que “cada vez que uno de nuestros chicos abra un libro de nuestra biblioteca, un poquito de ustedes va a estar con ellos”.

 

Por otra parte y en el marco de las actividades que desarrollan los internos en el Área Cultura, también han trabajado en Braille para confeccionar una carta menú que fue encargada por el comercio “La París Resto Bar”. La misma fue confeccionada en materiales especiales para preservarla del paso del tiempo y el uso.

 

Cristian Russo y su padre Antonio, dueños del comercio, también se acercaron especialmente a la cárcel para recibir el material. “Nosotros desconocíamos que los internos hacían este tipo de trabajos, esto es bueno y hay que destacarlo porque es para el bien social ya que va a llegar a las manos de las personas que lo necesiten para lograr su inclusión”, resaltó el comerciante.



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