Sostuvo que, en primer término, volvieron los obispos ‘confirmados en la fe’.

Agregó que se trataron temas como seminaristas, política mundial y regional, pobreza, abusos, economía, entre otros.

Señaló que Francisco descartó una visita al país este 2019, pero él piensa que puede llegar a venir en el 2020, aunque no lo dijo.

Explicó que las charlas con Francisco hacen que uno se ubique en el panorama mundial y que las quejas y problemas no sean por cuestiones que pueden entenderse como ‘tonteras’, comparando con lo que sucede en otros puntos del planeta.

Consideró que en este momento en el país no estamos bien, ya que hay dificultades serias, aunque hay recursos para afrontar problemas.

Para él hay un problema de distribución de la riqueza, agravado que se da en un país católico y, más allá del credo, religioso en general.

Respecto al encuentro con la gobernadora, Salaberry reveló que se le hacen planteos acerca de la situación económica y de la población y que las autoridades ‘toman nota’, pero no son reuniones en los que uno se vuelva con soluciones, declaró.

De todos modos, dijo, se necesita unidad para resolver los problemas, y hoy estamos lejos de tenerla, sentenció.

Finalmente manifestó que pidió que cada parroquia e iglesia de la Diócesis (son 43) construya una vivienda para alguien que no la tiene.

Esto se sostiene con los fondos que se obtienen de la colecta anual de Cáritas, cuyo dinero se reparte en tres: para cada comunidad, el obispado y Cáritas Nacional.

Admitió que lleva tiempo, que se van haciendo despacio, porque además se trata de que la familia beneficiada la construya, para así se aprende el oficio también.