Cada uno de ellos es llevado adelante por un interno capacitado en el área con el apoyo de agentes penitenciarios y tienen una matrícula de entre 10 y 12 alumnos.

En jardinería las actividades se desarrollan en la parte interna del muro, en el sector de la granja y la huerta. Las semillas y plantines que se usan son de producción propia, por una parte y del INTA por la otra.

En el curso sobre electricidad del automotor trabajan con los vehículos que ingresan al taller para ser arreglados mediante autorizaciones de Trabajo Penitenciario, de igual forma en el taller de chapa y pintura.

Un interno que es gasista brinda el curso sobre Instalaciones sanitarias y, finalmente, la  capacitación sobre cría de porcinos, lo da el interno que está a cargo de la granja con el apoyo del ingeniero agrónomo y el veterinario de la Unidad.

Estas actividades se llevarán adelante hasta principios del mes de marzo, cuando

comienzan los cursos formales. Los asistentes recibirán un certificado de asistencia por su participación en los mismos.