La magistrada afirmó que son ‘recomendaciones’ y que no son ‘libertades’, sino detenciones domiciliarias.

La pandemia hace que los organismos internacionales es descomprimir las cárceles, por el impacto que esto puede tener en el sistema sanitario que usa toda la sociedad, ya que las cárceles pueden ser fuentes de contagio masivos.

De ningún modo la resolución de Casación habla de liberar a tontas y a ciegas, sino a quienes hayan cometido delitos leves y estén dentro de una lista de los que tengan factores de riesgo, ya que es peligroso que estén dentro de las cárceles.

También se piensa en esto, para que los peligrosos que tienen que quedar adentro, queden.

En su caso, reveló, no tiene detenidos con esa condición: delito leve y factor de riesgo.

Reiteró que son detenciones domiciliarias, no libertades. También se incluye a quienes estén a pocos meses de cumplir con la sentencia o la libertad asistida.

En este caso, de todas maneras, están excluidos los delitos contra la vida, la libertad, la integridad sexual o los cometidos en contexto de violencia de género, explicita el fallo de Casación.

Particularmente, el criterio que ella utiliza, y sabe que la mayoría de sus colegas también, es el aviso y la consulta de las víctimas, para que se expresen en torno a los pedidos de morigerar de victimarios.

Se establecen, a pedido, restricciones de acercamiento, por ejemplo, que si incumplen, habilita a la Justicia a revocar el beneficio.

Repasó los derechos en tensión ante la resolución de cada caso.

Los de los presidarios se cruzan con los de las víctimas y toda la sociedad. Afirmó que los jueces deben encontrar un equilibrio.

Se sopesa, por ejemplo la situación de salud, con otras cuestiones.