Revelaron que la colega que fue despedida estaba dentro del grupo de riesgo y, si bien no concurría a trabajar, hacía tareas desde su casa.

La trabajadora social, además, dijo no haber recibido ningún comentario desde alguna autoridad, sino a través de un chofer.

Desde el Colegio informaron que han pedido audiencia con la Comuna, pero no han tenido respuesta. También la trabajadora social comunicó la situación al Sindicato de Municipales, desde donde le dijeron que están interviniendo, pero sin resultado aún.

Fuentes de la institución explicaron a LU32 que a la Comisión Directiva preocupa el contexto en el que se da este ajuste.

Afirman que la precariedad en la que trabajan habitualmente, se ve profundizada por la pandemia.

Las condiciones laborales malas en las que se desempeñan estos profesionales, argumentaron, impacta de lleno en la calidad de las asistencias y del seguimiento de casos que, por el tipo de trabajo que realizan, son muy delicados.

Agregaron que, la función como Colegio Profesional, deben acompañar a los trabajadores sociales y tratar de hacer lo posible para mejorar las condiciones de trabajo. Asumieron que, por ahora, la mejor manera que han hallado, es hacer visible las condiciones de precariedad por las que pasan los profesionales.

Consultada el área correspondiente de la Municipalidad, explicaron que por estos días llegará la respuesta escrita al Colegio, pero adelantaron que la no renovación de contrato está dentro del marco de la legalidad, ya que la trabajadora en cuestión no estaba dentro de la planta permanente, sino temporaria de la Comuna, porque ingresó a trabajar en diciembre de 2019.

Ante algunas evaluaciones de desempeño, definieron no renovar el contrato, pero negaron cualquier tipo de recorte en las prestaciones de este tipo de intervenciones.