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LOCALES

3 de noviembre de 2012

Droga No: el intendente Eseverri llamó a construir políticas y canales de diálogo

Conceptos en ese sentido, expresó el Dr. José María Eseverri, en el discurso durante el lanzamiento de la línea 0800 Droga No.

  “Tenemos una juventud fantástica, tenemos pibes con esperanza, pibes que tienen diálogo con sus padres, tenemos pibes que reclaman un diálogo distinto con sus familias, que quieren hablar con ellos de su futuro, que son conscientes de los problemas de la droga y el alcohol”

“Luego de una semana que social y políticamente que seguramente nos tuvo a todos más que preocupados y consustanciados con lo que nos estaba pasando, es importante saber que tenemos un acompañamiento desde lo humano y lo político en los momentos que nos ponen a prueba frente a comunidad, como personas y que nos obligan a estar acompañando el dolor que mucha gente sintió por estos días en Olavarría.

Agradezco la presencia de Massa para la firma del acuerdo de colaboración entre el Municipio de Tigre y el Municipio de Olavarría que significa esta posibilidad de cooperar entre los municipios, a partir de la experiencia del Municipio de Tigre en materia de seguridad que está a la vanguardia de aplicación tecnológica, pero también del trabajo.

En la Argentina de los últimos años, todos nosotros hemos sido parte de debates sobre cuáles eran las causas del delito. Hace tiempo que uno escuchaba aquello de la exclusión social, de los problemas sociales, de la falta de trabajo, del hambre, de las cosas que le pasaban a la gente y que eran la Argentina que tuvimos allá por finales de la década del 90', por los años 2001, 2002, esa Argentina donde mucha gente tenía que robar para comer, en la que no había trabajo, en la que en algún momento las políticas compensatorias sociales dieron la posibilidad de que las familias tengan algún ingreso.

Pero también en Argentina hubo un proceso de cambio a partir del año 2003, la puesta en marcha de un nuevo sistema productivo, de una economía que permitió absorber mucha mano de obra, que el hombre volviera a dignificar a su familia, a poder darle una mejora calidad de vida, a partir del trabajo, que los hijos vieran que ese padre y esa madre salían a laburar que tenían ingresos y que podían comer como fruto de ese trabajo.

En aquel momento, el ex presidente Kirchner decía algo que creo que los argentinos no debemos olvidar para no perder el rumbo, para no perder esa senda que quedó trazada hace un tiempo atrás. La mejor política social es la política económica, cuando la economía está puesta al servicio del hombre, cuando la economía genera trabajo, los empresarios industriales, comerciantes, productores agropecuarios, que todos los días se levantan a laburar, generan trabajo, apostando al riesgo que significa ser empresario en una economía como la nuestra; se ve compensada porque se genera mano de obra, porque la sociedad vive mejor, porque hay más ingresos.

Cuando la política económica funciona bien, la sociedad vive bien, cuando la política económica funciona bien, hay trabajo, cuando la política económica anda bien lo que tenemos es una sociedad que necesita menos políticas sociales compensatorias, menos políticas sociales focalizadas, más gente vive del trabajo, y mucho menos gracias a Dios viven de un plan social. Si la Argentina logra no perder el rumbo, vamos a vivir en ese país donde la mejor política económica fue la mejor la política social, porque fue la que generó más de 5 millones de puestos de trabajo, que generó una política de ingreso al sector pasivo como nunca habíamos tenido para pasar a que millones de argentinos sean parte del sistema de seguridad social.

Se ha mejorado muchísimo en Argentina, y empieza a aparecer este fantasma de la droga como la nueva causa central del delito en nuestras comunidades, en lo que piense y siente el vecino de a pie, el vecino común, el que nos cruza en las calles, el que está podrido de ver cómo le venden drogas a los pibes, esa gente que está molesta, que está cansada de lo que pasa y empieza a aparecer como el principal problema en Argentina.

Necesitamos una tarea comprometida del Poder Judicial, de las fuerzas policiales locales -que lo han demostrado en estos días-necesitamos poner además un Gobierno Municipal que tiene políticas sociales que van desde nuestros 450 pibes que están en jardines maternales, empezando con el Estado que les da una protección, con recursos municipales que nos permiten sostener un esquema de integración social que para nosotros representa lo que queremos que haga el Estado, con nuestros centros de día, con nuestros jardines maternales, con nuestras callejeadas, las políticas de deporte orientado a la inclusión.

Con un hecho que muy pocos municipios de la Provincia que hacen que es estar aportando para el sostenimiento de actividades deportivas amateurs de cada uno de los clubes, saben que tienen un aporte del Gobierno Municipal todos los años, que hacen que haya miles de pibes que tengan una diversidad de oportunidades de sentirse incluidos, desde el trabajo conjunto que hacemos con las entidades intermedias, sociedades de fomento porque construimos hace un tiempo una política que fue dando sus resultados poco a poco con los servicios y las mesas territoriales que nos permiten acercar a hombres y mujeres del barrio, a los sacerdotes, a los pastores evangelistas, a los dirigentes de las sociedades de fomento, aquellas personas que se sienten movilizadas por alguna necesidad de representar demandas de los vecinos. Esas mesas territoriales nos permiten explicarle a la gente y hacerles sentir que Estado está al lado de ellos, que no es un Estado que no está solamente en el Palacio Municipal sino que está cerca de la gente.

Estoy absolutamente convencido de que en la Argentina no hay que perseguir a los consumidores sino que hay que darles soluciones a los problemas de vida que tienen los consumidores. Si nosotros vamos a un jardín maternal, a un centro de día, a una granja, lo que encontramos son historias de vida, gente, pibes que no tenían un proyecto de vida y que desde el Estado, desde el trabajo conjunto, con muchísimos empleados municipales que trabajan día a día, que permiten que esos pibes tengan un proyecto de vida que cuando entraron no lo tenían.

Es posible cambiar el futuro a los pibes, porque hay un gran trabajo y compromiso para que esto ocurra pero también sentimos que hay cosas por hacer, si el estado nacional, si la política, si los dirigentes no asumen que en la Argentina tenemos un problema contra la droga, no vamos a asumir que tenemos que construir una política pública contra el narcotráfico. Si nosotros no sabemos lo que tenemos que hacer con nuestra frontera, o no lo hacemos, estamos complicados. Cuando la droga llega a nuestra ciudad recorrió más o menos 2 mil kilómetros, en una frontera que se ha transformado en un colador, en una frontera donde se tomó la decisión que los gendarmes pasen a ser seguridad interior en el conurbano, una frontera donde está pasando de todo y no le quito responsabilidades a las tres o cuatro jurisdicciones policiales provinciales que transita la droga hasta que llega a nuestras ciudades.

Pero no perdamos de vista que tenemos que construir una política conjunta desde los gobiernos nacionales y provinciales, y si es necesario desde los gobiernos municipales para que esta cuestión que es de Estado y pone en juego el futuro de los pibes. Me decía el responsable de una de las granjas de recuperación de adictos de nuestra ciudad, la palabra adicto, es no hablar, no diccionar. El adicto es el que no se puede comunicar, que no puede transmitir lo que piensa o lo que quiere. Cuando nosotros vemos lo que nos pasa en nuestra sociedad o estos hechos violentos que se han vivido con los pibes en los últimos tiempos, sabemos que está la droga, porque esos pibes no pueden construir un diálogo para resolver sus diferencias, porque esos pibes no pueden encontrar a través de la palabra otra forma de vincularse, lo encuentran a través de una trompada, a través de la violencia, a través de la aplicación de la fuerza física.

La sociedad tiene que entender y lo que estamos acá lo entendemos y estamos dispuestas a cambiar esta realidad, tenemos que construir canales de diálogo, eliminar esa posibilidad de que ese pibe siga siendo un adicto, no facilitarle el acceso a la droga, o que al alcohol este al alcance de todos, y no haya una responsabilidad social para controlar este tipo de consumo.

Tenemos que lograr que esa persona que no puede hablar, que no puede vincularse con el otro, la podamos poner en el lugar del diálogo, en el lugar de la confraternidad, en el lugar de la diferencia porque seguramente no todos pensamos iguales sino que tenemos que canalizar de manera civilizada nuestras diferencias.

Hace poco hicimos un trabajo con la Unidad Coordinadora de Indicadores Locales que nos permitió hacer la segunda encuesta a chicos de 13 a 18 años que concurren a las escuelas secundarias. A veces las cuestiones de la juventud son comunicadas a través de los problemas, a partir de ese pibe que es víctima, de que es victimario de una situación. Tenemos una juventud fantástica, tenemos pibes con esperanza, pibes que tienen diálogo con sus padres, tenemos pibes que reclaman un diálogo distinto con sus familias, que quieren hablar con ellos de su futuro, que son conscientes de los problemas de la droga y el alcohol. Esa encuesta nos permitió encontrar que el 15% de los pibes había probado alguna vez marihuana, el 6% había probado alguna vez cocaína, y el 6% había probado pegamento o alguna otra sustancia.

Como Intendente, como comunidad, nosotros tenemos la responsabilidad de poner blanco sobre negro lo que nos está pasando en nuestra sociedad. Poner blanco sobre negro no es ser un comentarista de la realidad, es decirles que ya tenemos un centro de día municipal contra las adicciones, decirles que hoy estamos poniendo en marcha un 0-800 para ver si cortamos la comercialización o ponemos blanco sobre negro sobre la comercialización de droga en nuestra ciudad. Seguimos trabajando para que esos adictos, esos que no pueden hablar, esos que no pueden comunicarse, tengan la posibilidad real de construir un proyecto personal de vida.

Hay una responsabilidad de todos los dirigentes políticos para que a esos chicos a los cuales le reclamamos el diálogo y no la violencia, nosotros prediquemos con el ejemplo. No tenemos que tener el nivel de confrontación que tenemos en la política, donde pareciera que el adversario o aquel que piensa distinto es un enemigo y que la política se resuelve a partir de la eliminación no física pero sí borrando del mapa a aquel que piensa distinto. La capacidad de construir un diálogo civilizado va a ser una lección de vida para una sociedad que no tiene que estar peleándose todos los días.

Ojalá que este instrumento que se va a sumar a otras cosas y que no es el esfuerzo de un intendente sino que hoy estamos muchos intendentes de la provincia de Buenos Aires pensando colectivamente que hacer y como dijo Sergio (Massa) nos golpea las puertas de nuestros municipios. Nosotros nos comprometemos a trabajar, le pedimos una mano a todos ustedes, sabemos que están comprometidos para cambiarles la calidad de vida a nuestros chicos, queremos tener una ciudad libre de drogas pero sobre todos queremos tener pibes con futuro”.
 



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