Está destinado a los varones privados de la libertad y en especial a aquellos que han sido agresores para que reflexionen sobre temáticas de género.

Por ahora, se dieron ocho encuentros donde les brindaron herramientas a través de un abordaje psicosocial y educativo a los 12 internos participantes. Trabajaron temas relacionados con la masculinidad hegemónica y el camino hacia nuevas posibilidades de relaciones personales con el acento puesto en la construcción social del género, para su reconstrucción consciente.

El espacio estuvo a cargo de la psicóloga y coordinadora técnica Julieta Videla y el psicopedagogo Gastón Tolosa. Trabajaron con internos que tienen delitos asociados con violencia, integridad física contra la mujer o amenazas y fueron dispuestos por oficios judiciales. Los designados mostraron consentimiento en participar y también se incorporaron otros voluntariamente. Trabajaron mediante un dispositivo grupal con formato reflexivo y abordaron temas que refieren a diversidad sexual, de género, perspectiva de género, estereotipos, mandatos, violencia y roles. Cada clase con una duración de hora y media, se dividió entre teoría, para adquirir los conceptos y práctica que apuntó a la reflexión a partir de utilizar cortometrajes, actividades lúdicas, disparadores para pensar como frases y generar el espacio de debate.

Los participantes que participaron del programa lo hicieron de una manera comprometida. “Hay dos listas de espera para hacer otros dos cursos. Al finalizar hacemos una evaluación anónima con múltiples respuestas para hacer un relevamiento de los conceptos adquiridos y lograr mejoras en el programa. Por otra parte, se anuncia al juzgado que entiende en la causa del interno su participación mediante un certificado extendido por la Dirección de Lucha Contra las Violencias, de la Subsecretaria de Política Criminal”, explicó Videla.

El equipo, a cargo del psicopedagogo Gastón Tolosa y la psicóloga, coordinadora técnica Julieta Videla, recibieron la capacitación de la Subsecretaría de Política Criminal a cargo de Astrid Reyes y Clara Gallardo, quienes también acompañaron en esta primera implementación del Programa Deconstruyendo Masculinidades en la Unidad N°2.

“La experiencia con este grupo es muy buena, receptivos y respetuosos, gente que ha tenido dificultades, han cometido estos delitos, pudimos pensar por su obrar, pudimos referir que hay mandatos, estereotipos sociales que están arraigadas en la masculinidad y que la violencia está aceptada y legitimada en esos estereotipos. Es como se esperaba que ellos debían reaccionar, han tenido una actitud de reflexión sobre un accionar que no fue el adecuado”, destacó Videla.

Una vez finalizado el primer encuentro los participantes coincidieron en definir la experiencia como muy enriquecedora y vital para crecer como personas y mejorar sus relaciones interpersonales. Para Alberto, miembro del taller, “hay que aprender a respetar al otro”. Por otra parte, Silvio reconoció que lo ayudó “mucho a entender la violencia y sus diferentes formas, entender la posición de la otra persona. Aprender de valores y darle la importancia necesaria a las cosas. Reconocer lo que puede pasar, las consecuencias, y eso nos ayuda a poner un freno, aprender hablar y escuchar. El curso nos ayuda a transmitirles estas ideas a otros y ayudarlos también, finalizó.