JUDICIALES
12 de abril de 2022
El Colegio de Abogados de Azul cumple 93 años este martes
El 12 de abril de 1929 se firmó el acta fundacional, siendo su primer presidente el Dr. José María Caputi Ferreyra. Para el actual presidente, Gastón Argeri, “Hoy, un Colegio verdaderamente Departamental”.
En su libro “Historia del Antiguo Pago del Azul”, el Dr. Alberto Sarramone relata que en 1915 se había creado el primer Juzgado Civil, Comercial y Correccional y, por Ley Nº 13.617, quedó instituido el Departamento Judicial de Azul que congrega a las localidades de Azul, Benito Juárez, Bolívar, Gral. Alvear, Gral. Lamadrid, Laprida, Las Flores, Olavarría, Rauch, Tandil y Tapalqué.
En 2018, por primera vez en su historia, se presentaron dos listas que aspiraban a la conducción institucional. El abogado Gastón Argeri es su actual presidente. “Tenemos bases muy sólidas, forjadas durante casi un siglo. Sobre esas bases se afirman los mayores compromisos que este Colegio de abogadas y abogados asumió y seguirá asumiendo con la profesión y el resto de la comunidad”, dijo en ocasión de celebrarse los 90 años.
La esencia departamental fue un principio rector para aquellos pioneros que pensaron en una entidad que representaría la defensa de los derechos y las incumbencias profesionales de matriculados y matriculadas. El proceso de integración no ha sido fácil, tratándose de un territorio tan extenso pero es también para la actual conducción, una consigna vigente: “un Colegio verdaderamente Departamental que preserve sus principios y valores, que sea fuerte y solidario y que contribuya con generosidad y eficacia, al progreso de sus abogadas y abogados", subraya su presidente.
La gestión institucional fue clave para enfrentar obstáculos y desafíos, a lo largo de casi 100 años. Sin dudas, la pandemia fue uno de los mayores. Poco más de dos años han pasado desde que hubo que transformar el modo de comunicarse y mantenerse conectados con todo el territorio departamental. Sin recursos -humanos y técnicos- no hubiera sido posible sostener y, más aún, crecer en las posibilidades de llevar a todos y cada uno, las mismas herramientas, los mismos servicios, las mismas chances de acceso a capacitaciones y actualizaciones profesionales. Sin un Colegio de puertas abiertas, tampoco: casi dos decenas de institutos especializados en los distintos fueros del Derecho, diversas comisiones de trabajo y una participación activa en congresos y encuentros con otros Colegios de Abogados Departamentales han construido una representación, dentro y fuera de la entidad sustentada en el trabajo colectivo y en la gran participación de matriculados y matriculadas, como el verdadero camino que engrandece el sueño de quienes sentaron los cimientos, el presente de quienes lo conducen y el futuro de todos los que quieran ser parte de esa construcción.
“La manera más efectiva de hacer algo y lograrlo, es haciéndolo, por eso hay que dar el lugar y espacio para que construyan y hagan. Nadie sabe qué nos depara el futuro. Por eso, en palabras de Alan Kay, “la mejor manera de predecir el futuro es inventándolo: hagamos que las cosas pasen”, agrega Argeri.
A 93 años de su creación, los principios fundacionales siguen alentando aquellas ideas de 1929: la búsqueda de la excelencia profesional, un Colegio al servicio de sus abogadas y abogados, que encuentren una clara contraprestación por la matrícula que pagan, que los escuche y que genere con todos los operadores judiciales y con la comunidad de la que es parte, el modo de construir un mejor servicio de justicia.
“Detrás de cada proceso judicial-expediente hay personas, historias de vida, familias, relaciones comerciales y de otras índoles. Solo aquel que ejerce la profesión a diario puede tener esa experiencia vívida para entender cuáles son los caminos que allanan las dificultades. El Colegio de Abogados está bien representando en cada matriculado y matriculada que entiende que ése es el modo de luchar por una justicia cercana a las necesidades de la gente y la comunidad”, concluye su presidente.