Solicitan medidas para paliar la crisis y seguir produciendo los alimentos de todos y todas las argentinas.
 
“Cada vez que se dan situaciones de inestabilidad, nuestras familias, que tienen un rol central en la producción, sufrimos las consecuencias: la dolarización de nuestros insumos, el aumento del precio de los alquileres y de la tierra, y la contracción de la demanda de nuestra producción. Esto supone pérdida en nuestras ganancias y dificultad para sostener nuestros ciclos productivos”.

“El problema de los y las argentinas, la inflación, se resuelve garantizando alimentos a precios justos, y nosotros somos quienes los producimos. Llamamos a nuestras autoridades nacionales, provinciales y locales a reconocernos e incorporarnos a la agenda económica que se discute en nuestro país”.

“Así como se definieron políticas destinadas a fomentar la liquidación de divisas de exportaciones, exigimos fondos extraordinarios para garantizar la distribución y comercialización de nuestra producción, y créditos para garantizar las próximas campañas”.  
“Las leyes que impulsamos, de Acceso a la Tierra y Protección de Cinturones verdes y zonas estratégicas de producción de alimentos, así como la reglamentación de la Ley de Reparación Histórica (tantas veces anunciada) y de Fomento a la Agroecológica, permitirán que la producción de alimentos sean una política de estado para resolver no solo la seguridad alimentaria de nuestro pueblo, sino incluso los desequilibrios territoriales. Proteger la agricultura familiar, fomentarla es también poblar el territorio y valorizar los pueblos rurales del interior de nuestro país, con una mirada Federal”.
 
¿Para nosotros cuándo?
Así como se otorgan recursos a los grandes conglomerados, desde la agricultura familiar necesitamos que se dediquen políticas públicas directas para enfrentar la emergencia en la que nos encontramos.
Argentina es el octavo país con mayor superficie del mundo. Asimismo, cuenta con una baja densidad poblacional (16 habitantes por km2), y concentra el 92% de su población en ciudades. Pese a ello, la tierra se encuentra concentrada en unas pocas manos. De acuerdo al Censo Nacional Agropecuario realizado en el 2018 por el INDEC, el 1% de las explotaciones controla el 36% de la tierra.
En la misma línea, según el registro de Tierras Rurales de la Nación, casi el 40% del territorio argentino es propiedad de 1.200 terratenientes. En contrapartida, un 40% de los habitantes del país no tienen acceso a tierras o vivienda propia. La desigualdad también es de género. En tanto que el 78% de las explotaciones están manejadas por hombres, apenas un 20% son controladas por mujeres.
Pero esa brecha entre los que más y los que menos tienen, en lugar de achicarse, se agranda año a año debido a la indiferencia del Estado para intervenir. Según el mismo Censo, entre el 2002 y el 2018 desaparecieron unas 80.000 explotaciones agropecuarias (el 25,5%).

El miércoles 3 de agosto vamos a movilizar desde las 10 hs en los principales puntos de cada ciudad. En Buenos Aires estaremos marchando hacia el Congreso de la Nación para que nos escuchen quienes tienen el poder de cambiar esta situación.

Queremos terminar con el abuso inmobiliario y la especulación. Queremos viviendas dignas que alojen a nuestros trabajadores y trabajadoras del campo. Queremos que trabajen y vivan en condiciones dignas. Buscamos también producir alimentos sanos a través de un modelo agroecológico que nos permita un desarrollo rural que fomente otras formas de trabajar la tierra, la producción armónica con el medio ambiente, la vivienda rural y que fomente el cooperativismo para acceder a la comercialización con un precio justo.

Por esta razón creemos que es de carácter urgente poder generar una transformación en las condiciones en las que la tierra en donde se produce el alimento de los 47 millones de argentinos y para la exportación, se reparta.

Marchamos por nuestros derechos, exigimos una vida digna, queremos tierra para trabajar y vivir dignamente, queremos políticas públicas equitativas que vayan en el camino de reparar las desigualdades históricas entre quienes se apropiaron de las tierras y los medios de producción y quienes ponemos nuestro esfuerzo cotidianamente para producir los alimentos del pueblo.

Sin nosotros no hay comida, no hay trabajo, no hay país.

¡Fortalecer la agricultura familiar es fortalecer la soberanía nacional!
¡TODXS JUNTXS Y EN UNIDAD HACIA EL CONGRESO DE LA NACIÓN!

QUÉ SIGNIFICA LA LEY DE ACCESO A LA TIERRA y PROTECCION DE LOS CINTURONES VERDES Y ZONAS ESTRATEGICAS DE PRODUCCION DE ALIMENTO
-permitirá que los pequeños agricultores que carezcan de tierra propia, puedan adquirir inmuebles rurales a través de créditos blandos destinados a tal fin, y de esa manera terminar con el abuso inmobiliario y la especulación.
- A la vez promueve el reordenamiento del uso de tierras fiscales para el arraigo de quienes trabajan y producen en el campo.
- Y protege los cinturones verdes periurbanos, valles y oasis productivos, del avance indiscriminado de actividades que dañan los servicios ecosistémicos.
- Además de mejorar las condiciones de vida de la Agricultura Familiar, también servirá para descomprimir las grandes ciudades, ofreciendo más y mejores puestos de trabajo.
- Posibilitará más inversiones rurales al no tener que pagar alquileres con la inseguridad que genera no saber si la temporada siguiente se podrán trabajar las mismas tierras. Mejorando la calidad de los procesos productivos y los precios finales al consumidor.