Salud mental: una demanda que no deja de crecer
La pandemia y la crisis económica dispararon las consultas en salud mental. Los hospitales públicos reciben cada vez más pacientes derivados del sector privado, mientras los turnos y recursos humanos siguen siendo limitados.
La salud mental, un desafío global y local. Según la OMS, 1 de cada 8 personas en el mundo sufre un trastorno mental.
En Argentina, la demanda aumentó más del 20% tras la pandemia, especialmente entre jóvenes y sectores económicamente vulnerables.
En la Provincia de Buenos Aires, las consultas crecieron entre 12% y 20% en lo que va del año, con más de 5.000 nuevas historias clínicas en Olavarría vinculadas a derivaciones desde el sector privado.
Ley Nacional de Salud Mental promueve la atención integral a través de la atención en hospitales generales, no instituciones monovalentes; la incorporación de equipos interdisciplinarios de psicólogos y psiquiatras en todas las guardias; y la garantía de derechos y acompañamiento social para personas con padecimientos de esta índole.
El Plan Provincial de Salud Mental (2022-2027) busca fortalecer la red pública con dispositivos comunitarios, guardias interdisciplinarias y acompañamiento terapéutico.
En Olavarría, muchos pacientes llegan derivados desde el sector privado por la imposibilidad de cubrir copagos o mantener prepagas.
La demanda sigue en aumento y los turnos dependen de las altas para abrir nuevos ingresos.
En consultas urgentes se realiza un triaje inicial para evaluar urgencia y derivar a especialistas.
En crisis agudas (ataques de pánico o crisis de nervios), la intervención inmediata suele ser farmacológica, mientras que el tratamiento de fondo requiere seguimiento ambulatorio.
En casos graves, se internan en el hospital general, con apoyo de acompañantes terapéuticos.
La inflación, el desempleo y los despidos aumentan el malestar psíquico y esto lleva a la derivación de pacientes del sector privado al público.
En este sentido, la gente que ya no puede pagar los copagos o prepagas, encuentra en el hospital público un espacio que recibe a quienes quedan afuera del privado.
De manera separada pero en conjunto con lo profesional, se destacan las redes comunitarias (clubes, instituciones barriales, organizaciones sociales y familiares) para complementar la atención médica.
En el sistema público: la cobertura es universal, pero recursos humanos limitados y por lo tanto los turnos escasos.
En el ámbito privado: las listas de espera son largas, los copagos elevados, y la saturación de profesionales es cada vez más recurrente.
Como resultado tenemos la convergencia hacia el sistema estatal, que debe absorber pacientes derivados con presupuesto limitado.
La salud mental enfrenta un doble desafío: demanda creciente y recursos finitos. La ley y el plan provincial marcan un horizonte integral, pero la realidad cotidiana muestra guardias colmadas y tiempos de espera largos.
fortalecer redes comunitarias de contención, que hoy son más necesarias que nunca.