Gladys comentó que a las 10 de la mañana de este sábado, junto a amigos, periodistas y familiares, se realizará un homenaje en el monolito ubicado en la entrada de Pinamar, y a las 19 horas, en la cava en el partido de General Pueyrredón, lugar donde se encontraron sus restos.“Lo sueño mucho. Era un buen tipo, muy alegre, buen amigo, buen padre, buen hijo, buen hermano. Era excelente”, recordó.

Por otra parte, mencionó el hecho que ocurrió hace algunos días, en el que su hijo se cruzó en un recital con uno de los asesinos de José Luis. “Es una indignación, una bronca. Para ellos haber matado a Cabezas es un trofeo. Son asesinos, no hay nada que hacer”, se lamentó.

En otro sentido, reconoció que se sigue recordando a su hermano “porque fue un hecho que no se esperaba. Fue tremendo, la forma en que lo mataron es lo que marcó”.

Finalmente, aseguró que su muerte fue ‘un mensaje’ en contra de la libertad de expresión.

El caso

El crimen ocurrió en 1997, un año después de haber fotografiado a Alfredo Yabrán, empresario enigmático, temido por aquel entonces, y de estrecha relación con Carlos Saúl Menem.

Hasta su rostro era una incógnita. Pero en el verano de 1996 Cabezas logró fotografiarlo en las playas de Pinamar mientras vacacionaba

Tiempo después, mientras volvía de cubrir un evento, fue abordado por cuatro personas. Le pegaron, lo subieron a un auto, lo torturaron, y a la altura de General Madariaga, lo asesinaron con dos tiros en su cabeza. Su caso marcó un precedente en el fotoperiodismo.