“Hay múltiples intenciones atrás de esto. Siempre está la posibilidad de criticar a la gestión de la provincia de Buenos Aires”, indicó en primera instancia. Y agregó, en relación a las críticas por parte de sectores libertarios: “Ellos saben que los libros no son para los alumnos, ya lo hemos aclarado muchas veces, hace un año que estamos distribuyendo esta colección, pero en el último tiempo, hace diez días que venimos hablando de esto”.

“No son libros para los estudiantes, son para las bibliotecas. No se obliga a los estudiantes a leerlos ni  son para niños”, destacó, y aclaró que están dirigidos al nivel secundario y terciario. Además, mencionó que cada uno va con una guía que orienta para que edad se puede brindar, y que queda a potestad del docente si usarlo o  no. Y aclaró que apuntan 

“Si esos libros tienen temática política o relaciones problemáticas, o escenas de sexo, o entonces van con otra inscripción más, que dice: ‘requiere acompañamiento de los docentes’. Entonces nos parece que van muy cuidados”, afirmó.

“Son obras de arte de autores y autoras multipremiados, traducidos en varios idiomas. El arte pone palabras a experiencias que muchas veces no se pueden nombrar, o permite tratar con un lenguaje diferente al cotidiano, escenas que son difíciles de hablar en la escuela. Genera un momento de reflexión en el aula”, explicó en relación a la importancia de la serie de libros ‘Identidades Bonaerense’, fuertemente desaprobados en los últimos días.

Justamente en relación esto, sostuvo: “Muchos sectores piensan que a los 12 pueden ir preso, pero a los 16 o 17 años no pueden leer un libro de este tipo junto con el docente. Es raro ese pensamiento”.

Por otra parte, afirmó que con la controversia generada se busca terminar con la Educación Sexual Integral.  “Ayuda a advertir y a prevenir el abuso intrafamiliar, el embarazo no intencional adolescente y serie de circunstancias que me parece que son positivas, y virtuosas y que hay sectores que quieren eliminar”, manifestó.

“Los chicos nos piden educación sexual, nos piden abordar ese tipo de lecturas, son lecturas que se hacen con mucho cuidado, son lecturas que tienen un fin pedagógico y, bueno, evidentemente hay sectores que no lo pueden entender”, se lamentó.

Y repitió: “La colección la estamos distribuyendo desde hace un año y sin ningún problema en las escuelas, es una herramienta para el docente y el bibliotecario, no son para niños, no se obliga a los estudiantes a leerlo, lleva una guía de apoyo donde dice para los libros más fuertes se requiere acompañamiento adulto”.