Miércoles 8 de Enero de 2025

DEPORTES

6 de enero de 2025

Científicos argentinos determinaron que un extracto de la piel del maní podría inhibir el dengue

El compuesto presentó acción virucida e, incluso, consiguió impedir la infección por viral cuando fue aplicado a modo de tratamiento previo de las células.

El dengue es una enfermedad viral de gran impacto en la salud pública, tanto a nivel regional como mundial, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, principalmente en las estaciones cálidas, aunque prevalente todo el año.

Aunque a nivel global se ha registrado un aumento de casos en los últimos años, actualmente no se cuenta con medicamentos antivirales efectivos y accesibles para el tratamiento de esta enfermedad.

El desarrollo de investigaciones para hallar vacunas y medicamentos que ayuden a paliar los síntomas van a contrarreloj con la proliferación de la enfermedad y los cambios ambientales, que tienen su impacto. En este marco, científicos argentinos del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA, CONICET-UNC) y del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS, CONICET-UNRC), estudian el potencial de un extracto obtenido de la piel roja o tegumento del maní para inhibir el virus del dengue. Los resultados obtenidos, publicados recientemente en la Revista Plants, podrían servir de base para el futuro desarrollo de tratamientos naturales, económicos y sostenibles.

“Tras una revisión bibliográfica exhaustiva, elegimos investigar la planta de maní por sus comprobadas propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. Además, la provincia de Córdoba exporta grandes cantidades de esta leguminosa y su piel queda como un subproducto industrial. Nuestro estudio busca la revalorización de ese residuo a través de obtener un antiviral contra el virus del dengue, algo que no había sido probado antes”, destaca Carola Sabini, investigadora del CONICET en el INICSA y directora de la investigación.

El equipo de investigación ya había obtenido anteriormente extractos de tegumento y de semilla de maní y evaluó su toxicidad en modelos experimentales sobre células (in vitro) y con ratones (in vivo). Con esa información, establecieron con precisión concentraciones seguras de ambos productos naturales que no dañen las células del huésped, y las utilizaron para estudiar su actividad antiviral contra el serotipo 2 del virus del dengue (DENV-2) en ensayos in vitro sobre cultivos celulares.

“El extracto de semilla tuvo muy poca actividad, ya que inhibió parcialmente al virus en las etapas intracelulares de la replicación; mientras que el extracto de tegumento, aún en bajas concentraciones, logró inactivar el virus al cien por ciento. Creemos que estos efectos se deben a diferencias en la composición de cada producto. La semilla tiene más componentes lipídicos; en tanto que la piel de maní presenta polifenoles y proantocianidinas, que son grupos de moléculas conocidos por sus propiedades antioxidantes y antivirales”, explica la especialista en microbiología.

Los investigadores demostraron que el extracto de tegumento inhibe el DENV-2 en las diferentes etapas de su ciclo de replicación, tanto en la adsorción y penetración – cuando el virus se une a la célula para ingresar en ella – como dentro de la célula hospedadora. El compuesto también presentó acción virucida e, incluso, consiguió impedir la infección por DENV-2 cuando fue aplicado a modo de tratamiento previo de las células.

Gracias a la colaboración con especialistas en biología molecular del INBIAS, confirmaron que la acción del extracto se basa en inhibir la síntesis de ARN viral. Para Sabini, esta amplia actividad antiviral excedió las expectativas: “Es muy importante, porque implica que puede tener diferentes usos, como tratamiento para las personas infectadas y como preventivo o profiláctico que impida la infección”.

A futuro: aplicaciones y desarrollo industrial

Ante los alentadores resultados obtenidos, el equipo está en búsqueda de vinculaciones tecnológicas con el sector industrial para avanzar en la producción de diferentes aplicaciones. Además de su versatilidad y potencia antiviral, el extracto de tegumento de maní tiene las ventajas propias de los productos naturales. Elio Soria, investigador del CONICET en el INICSA y coautor del trabajo, asevera: “Cuando se trabaja con fitomedicina, no siempre es necesario llegar a un compuesto puro. De hecho, muchas veces la mezcla de diferentes moléculas que conforman el extracto es más activa que los compuestos por separado. Esta estrategia también es más económica, una ventaja en países de bajos recursos”.

Para que el fitofármaco sea utilizado en humanos, los científicos deben testear diferentes formulaciones, realizando modificaciones que optimicen su absorción, biodisponibilidad y bioaccesibilidad. “En colaboración con colegas especialistas en nanotecnología, estamos desarrollando pequeñas partículas o vesículas que puedan estabilizar y vehiculizar los diferentes compuestos del extracto, para que lleguen a los sitios de interés”, agrega el investigador.

Cuando el virus del dengue ingresa al organismo de los seres humanos produce un cuadro viral, con fiebre, dolor articular, y una respuesta inmune exacerbada, inflamatoria, y más aún cuando se da la segunda infección con un serotipo distinto de la infección primaria. “En este momento estamos estudiando la acción que tiene el extracto de maní sobre el sistema inmune. En ese sentido, podría ser aplicado como un fármaco antiviral y, a la vez, inmunomodulador, para evitar el proceso inflamatorio del dengue. También estamos tratando de utilizarlo como un ingrediente en alimentos funcionales o suplementos dietarios”, añade Sabini. Y concluye: “La palabra que engloba todo el proyecto es sostenibilidad. Desde la aplicación de un método ‘verde’ de extracción con etanol, hasta la elección de los constituyentes de las nanovesículas, buscamos generar el menor impacto ambiental posible. Eso también implica que todos los elementos sean económicos y estén disponibles en Argentina, sin depender de importaciones”. (DIB) 



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