Domingo 8 de Junio de 2025

CULTURALES

8 de junio de 2025

Pentecostés y María Madre de la Iglesia

Para celebrar Pentecostés nos adentramos en el espíritu del Jubileo 2025. Es una ocasión para fortalecer nuestra fe, vivir la esperanza y ser testigos del amor de Dios en el mundo. Columna remitida por las Misioneras de Padre Kolbe(*).

Recordemos los motivos del Jubileo, llamados a experimentar la misericordia de Dios. (buscando la reconciliación, el perdón de los pecados).  Invitados a reforzar el sentido de comunidad y fraternidad. (reuniéndonos para escuchar su Palabra).  Renovar nuestro compromiso de fe y acción en el mundo. (Comprometiéndonos en participar en celebraciones litúrgicas y realizar obras de misericordia y tender una mano solidaria a los hermanos con acciones concretas que promuevan la unidad y el servicio a los demás). Estamos todos invitados a peregrinar, a caminar con fe y confianza en Dios, recordando que el mundo necesita esperanza en medio de las dificultades. Por eso pedimos al Espíritu que nos encienda en nuestro peregrinar como iglesia, como pueblo fiel y nos renueve con sus siete dones. 

José María Rodríguez Olaizola SJ nos presenta al Espíritu Santo: “Tiene muchos nombres. Es fuente de Vida, es Espíritu de verdad, Defensor, Consolador. Reparte sus dones sobre nosotros, cuando y como quiere. Y así, nos da sabiduría, temor de Dios, entendimiento, consejo, piedad, fortaleza, ciencia. Es presencia discreta. Está sin imponerse. Nos habita, pero no nos invade. Es el modo en que Dios se hace presente hoy en nuestro mundo, en esta etapa de la historia de la salvación. Desde Pentecostés, creemos que inspira a la Iglesia para que busque y acoja la voluntad de Dios. Es todo esto, que es común, y compartimos los creyentes cuando proclamamos nuestra fe. Es el amor que nos habita, Dios entre nosotros”. 

El papa Francisco el 22 de mayo de 2022, refiriéndose al Espíritu hacía hincapié en el fruto del Espíritu: el don de la paz tan necesaria: “Queridos hermanos y hermanas, pidamos con insistencia el don del Espíritu Santo que nos da la paz. Es Él, el Espíritu Santo, quien nos da la fuerza para perdonar, para recomenzar, para volver a partir, porque con nuestras solas fuerzas no podemos. Y con Él, con el Espíritu Santo, nos transformamos en hombres y mujeres de paz. Aprendamos a decir cada día: “Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo”. 

Pentecostés, “el cumpleaños de la Iglesia” y, la iglesia tiene una madre: ¡María! Fue en el año 2018 en que el papa Francisco, instituyó la memoria de la Santísima Virgen María como Madre de la Iglesia, el lunes siguiente a la solemnidad de Pentecostés, el día en que nace la Iglesia. Esta memoria nos recuerda que la maternidad divina de María se extiende, por voluntad del mismo Jesús, a todos los hombres, así como a la Iglesia. Pero este título no es nuevo. Ya San Juan Pablo II, en 1980, invitó a venerar a María como Madre de la Iglesia; e incluso antes, San Pablo VI, el 21 de noviembre de 1964, al concluir la Tercera Sesión del Concilio Vaticano II, declaró a la Virgen "Madre de la Iglesia”.

Celebrando Pentecostés queremos peregrinar con María Madre de la Iglesia porque: “… la esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto. Y así, cada uno de nosotros, animados por el Espíritu en Pentecostés seremos testimonio creyente para los demás anunciando cielos nuevos y tierra nueva (cf. 2 P 3,13)”. Que el Espíritu Santo nos encienda en nuestro peregrinar.

(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.

MR



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