Viernes 27 de Junio de 2025

LOCALES

27 de junio de 2025

Mucho interés en la charla sobre el cuidado del intestino

La misma había sido organizada por Coopelectric, LALCEC y tuvo lugar este jueves, en el auditorio de la distribuidora de energía.

Fue dictada por las profesionales de la salud Marianela Arramón, médica gastroenteróloga; Luisina Vitale, médica gastroenteróloga; Marcela Mayet, médica gastroenteróloga y Mg. en Psiconeuroinmunoendocrinología; Eugenia Maumus, Lic. en Nutrición; Maria Laura Canil, Bioquímica y Coach en Salud; y Rocío Larreche, Bióloga molecular que brinda asesoramiento genético oncológico; quienes ofrecieron una charla clara y dinámica que despertó gran interés en el público.

En primer lugar tomó la palabra Marianela Arramón para referirse a la epidemiología de cáncer colorrectal. Brindó distintos datos: “Se trata de uno de los tumores malignos más frecuentes, es el segundo en incidencia y mortalidad, en Argentina se diagnostican 15 mil casos por año tanto en hombres como en mujeres, en el 90 % de los casos sucede en personas mayores a 50 años por ello la importancia de la prevención a partir de esa edad”. Por otro lado, destacó que “Es uno de los tumores más fáciles de prevenir y esto se debe a que la historia natural de esta enfermedad es larga, desde que comienzan a surgir los cambios en el colon hasta que se genera el cáncer de colon pasan aproximadamente 10 años”.

En tanto, la médica gastroenteróloga y especialista en Psiconeuroinmunoendocrinología, Marcela Mayet abordó la relación entre el eje cerebro-intestino con la salud y la enfermedad. En esa línea, explicó “Existe una comunicación bidireccional entre el cerebro y el intestino, a través de neuronas, inmunocitos, hormonas y metabolitos microbianos” y añadió “Se habla del intestino como el segundo cerebro, ambos son los órganos que más neuronas tienen. El intestino es un cerebro que siente, pero no piensa”.

“Cuando uno atraviesa situaciones de preocupación, de angustia o de emociones negativas que no ha podido procesar, se vive en estrés continuo con un sistema de alarma exigido. Eso hace que el cerebro secrete hormonas como el cortisol y eso también va a influir en nuestra flora intestinal, en una microbiota alterada, en la permeabilidad intestinal, en nuestra motilidad y en la sensibilidad de cómo sentimos dolor o no a nivel intestinal” sostuvo.

Por ello es fundamental la asociación cerebro intestino, “se trata de cómo los alimentos que ingerimos pueden generar una flora intestinal más sana o más alterada, y eso repercute en el funcionamiento del intestino y en cómo lo recibe el cerebro. Y a su vez, todas las emociones, los pensamientos y las creencias, la ansiedad o la depresión, van a influir en nuestra flora intestinal”.

Para concluir su disertación, la Dra. Mayet compartió el mensaje: “La medicina integrativa aporta herramientas complementarias y personalizadas para prevenir el cáncer de colon, basadas en evidencia científica emergente y en un abordaje centrado en la persona. No sustituye a los controles médicos, sino que los potencia, promoviendo un estilo de vida que disminuya la inflamación, mejore la inmunidad y preserve el equilibrio del intestino”.

Por su parte, la Bioquímica y Coach en Salud María Laura Canil, abordó el impacto del estilo de vida en la salud y cómo los pensamientos, las emociones, las acciones y el entorno nos moldean.

En el día a día se nos presentan diferentes hechos que son neutros y los recibimos a través de los sentidos como la vista, el olfato, la audición, el gusto, el taco, la interocepción (la información que todos nuestros órganos el dan al cerebro) y la propiocepción (nuestra postura corporal respecto al espacio que estamos ocupando).

“Los hechos son neutros, pero cada uno de nosotros posee su propia máquina de procesamiento porque al momento de interpretarlos se van a poner en juego las experiencias vividas, las creencias, los pensamientos, sentimientos, el estado físico, la genética, la cultura y el medio ambiente” aclaró. “Ante un mismo hecho, dos personas generan diferentes cascadas de señales microcelulares y las respuestas de esas personas a nivel biológico serán diferentes”.

Hay una continua intercomunicación entre todo nuestro sistema, porque somos un todo. La forma en que percibo los hechos se traducen a todo nivel.

“Si los hechos que se nos presentan día a día son interpretados como una amenaza o un peligro en el que tenemos que dar respuesta continuamente, nos ubicamos en un modo de vigilia, supervivencia, de miedo que produce la sintetización del cortisol, la hormona del estrés y otras como citoquinas e histamina. En cambio, si lo que se me presenta lo percibo como como algo agradable, las células van a estar en estado de crecimiento, todo lo lindo se vincula con la dopamina, oxitocina, vasopresina”.

El modo de supervivencia sostenido en el tiempo va a traer consecuencias a nivel mental, emocional, energético, inmunológico, metabólico y hormonal. Estar en estado de supervivencia o de estrés crónico no sólo bloquea el raciocinio o lo cognitivo, sino que afecta y desregula nuestro sistema inmune lo cual puede derivar en procesos de enfermedad.

Para concluir, María Laura Canil citó al Dr. Bruce Lipton quien afirma “La percepción que tienes sobre los acontecimientos que te suceden, es lo que define la química de tu cuerpo”.

Por su parte, la Lic. Eugenia Maumus hizo hincapié en la importancia de poner el foco en disminuir la inflamación celular. “Tenemos a la nutrición como una herramienta terapéutica muy poderosa para lograrlo. Con una alimentación antiinflamatoria podemos lograr un adecuado estado de salud y además prevenir enfermedades”.

“Esta alimentación debe estar basada en alimentos reales como carnes, huevos, vegetales, frutas, entre otros, con alta densidad nutricional, lo menos procesada posible y también tener en cuenta el reposo digestivo” exclamó destacando la importancia de elegir mejor nuestros alimentos.

“Para que una alimentación sea antiinflamatoria deberíamos comenzar a evitar azúcares y harinas blancas refinadas para incorporar cereales integrales; evitar carnes procesadas de mala calidad, eliminar las grasas trans y los aceites refinados como frituras y snaks; evitar tóxicos como el alcohol o algunos aditivos y los alimentos que a nivel individual no podemos digerir porque generan intolerancias, alergias o sensibilidad a ciertos alimentos” sostuvo.

La mala alimentación genera inflamación, mientras que la buena alimentación favorece la diversidad microbiana porque el intestino va a tener bacterias saludables que van a ayudar al sistema inmune a digerir mejor los alimentos; una microbiota en equilibrio, una capa de moco saludable e integridad en la barrera intestinal lo cual contribuye a la buena absorción de los alimentos y a que no pasen toxinas al torrente sanguíneo

“La combinación perfecta para la salud intestinal es una alimentación antiinflamatoria y sumar prebióticos y probióticos” mencionó Eugenia.

Los prebióticos son alimentos ricos en fibras aportados por vegetales o fruta que se constituyen como alimento para las bacterias buenas del intestino. Y los probióticos son el microorganismo vivo, es la bacteria que va a actuar en el intestino como por ejemplo los fermentos naturales como el kéfir de agua o coco, chucrut, kombucha, kimchi o yogurt natural.

Por último, destacó la “bioindividualidad” porque no hay una fórmula que sirva para todos. “Somos distintos, no tenemos la misma historia y no transitamos las mismas emociones. Cada uno debe buscar su propia fórmula de acuerdo a sus gustos, historias personales, horarios de trabajo, en la posibilidad de acceso a ciertos alimentos, en las horas de sueño, etc. También permitirnos ser flexibles, hacer todo o nada no está bueno” concluyó.

La bióloga molecular María Rocío Larreche se refirió al asesoramiento genético que consiste en una consulta para evaluar el riesgo genético de tener cáncer de colon hereditario. Esto permite definir estrategias de prevención, diagnóstico precoz y tratamiento personalizado, no sólo para la paciente sino también para su familia.

Los estudios genéticos se realizan a través de una muestra de extracción de sangre y para ellos existen protocolos y metodología aplicar, se analizan los resultados, luego se interpretan y ello concluye en un informe final.

Este recorrido permite comprender el riesgo personal o familiar; identificar estrategias de prevención y detección precoz más oportunas y personalizadas; constituye una herramienta de prevención familiar, permite aumentar la sensación de control personal y promueve el acompañamiento emocional y la toma de decisiones informadas.

"Conocer nuestra historia genética no es una sentencia. Es una oportunidad de anticiparnos, cuidarnos y cuidar a los que queremos. El asesoramiento genético no cambia el pasado, pero puede cambiar el futuro. Puede transformar una preocupación en un plan. Una duda en una decisión. Y un riesgo, en una posibilidad de prevención” sostuvo Rocío Larreche.

La última oradora fue la médica gastroenteróloga Luisina Vitale quien abordó los métodos de detección y prevención del cáncer de colon. En ese sentido destacó el sencillo test de sangre oculta en materia fecal que se recomienda hacer de forma anual a las personas de 50 a 75 años sin antecedentes personales o familiars de pólipos o cáncer colorrectal. “La realización de este test en forma anual ha demostrado ser un método efectivo para reducir la mortalidad por cáncer colorrectal” informó.

También se refirió a la videocolonoscopia, el estudio endoscópico que con una cámara permite examinar el colon y el recto. “Este método se recomienda en pacientes con síntomas, con antecedentes personales o familiares de pólipos o cáncer colorrectal.  y para las personas con test positivo de sangre oculta en materia fecal.

Las disertantes destacaron la importancia de poder consultar siempre a profesionales de la salud y finalmente respondieron las preguntas realizadas por los asistentes a la charla.

MR



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